La naturaleza en su espectacularidad nos proporciona de una cantidad inimaginable de paisajes, que van desde paisajes acuáticos, paisajes hermosísimos de montaña, llano o selva, sea cual sea su locación. Pero, ¿has imaginado un paisaje dentro de un ser vivo?

En un fin de semana de noviembre, fui junto a un buen amigo y compadre llamado Jesús Jiménez, de pesca por los llanos de mi estado Apure-Venezuela. Llegamos hasta el campamento El Remanso, ubicado a orillas del rio Cinaruco, en el Parque Nacional Santos Luzardo, sitio espectacular para la pesca del pavón. Allí nos esperaban nuestros amigos, “Coco” y “Perro de Agua” dos hermanos encargados de la dirección del campamento, especialistas en la pesca y baquianos en los distintos ramales que salen del rio Cinaruco.

Llegamos al campamento en horas de la tarde, para preparar la salida del día siguiente, bien tempranito, en búsqueda del mejor ejemplar de la historia de pesca del Cinaruco. Salimos al alba, surcando el rio en un bote equipado con todas las provisiones necesarias, para pasar el día pescando. El día fue espectacular, el rio nos aportó una buena cantidad de peces para llevar a nuestras respectivas casas. Al regresar al campamento, ya en horas de la tarde, nos dispusimos a preparar los peces, o como se dice en el llano; escamá, relajá y destripá.

Al sacar las vísceras de uno de los peces, nuestro amigo Coco buscó en las tripas del pescado, una de sus partes, y al estirarla un poco logró mostrarnos lo que parecía un árbol. Acá les dejo dos fotos para que vean la imagen del árbol y juzguen ustedes.

A mí se me asemejan a los árboles de cerezo que pintan los artistas japoneses, también conocidos como árbol Sakura.