Entre los puntos suspensivos y el punto y final.
Después de un tiempo extraviado vuelvo, porque esta vida no es para pusilánimes, y también porque vengo de un lugar donde el miedo al ridículo no existe, y si existe, no se admite en la conversación.
Que somos seres humanos todos lo sabemos. Somos falibles, nos equivocamos, metemos la pata (aunque a algunos les da por pretender que no, que nunca). Así que a meter la pata, en Steemit y en donde sea ¡Si metemos la pata juntos mejor!
Como un náufrago con la mejor pelota de voleyball de amigo, me arrojo a la mar, a ver si es que me arrasan las olas o supero a mis saladas amigas. Pero a no engañarse, no vivo tiempos mejores que Steemit, que está en plena crisis existencial. Se me antojó volver porque se ve muy romántico eso de hundirse con el barco y si el barco al final no se hunde, mucho mejor.
Todos estamos en fase Beta, junto a Steemit, a veces podríamos terminar preguntándonos ¿Tiene sentido, todo esto? Puede que sí, pero hasta que no lo sepamos, mejor preguntárnoslo juntos. A compartir el misterio, que hay para todos.
Otto llegó y Otto se fue, como un meteorito quemado por la atmósfera. Vuelvo más tarde, en un rato, en unos meses, o unos minutos ¿Quién sabe?