Existe un lugar, un mundo diferente, lo he visto; quizás en sueños, y casi puedo asegurar que lo he visitado, no sé cuándo ni cómo. Pero lo sé…

En ese mundo se puede caminar descalzo y hasta desnudo si es de tu gusto, no se cuenta el tiempo; no hay relojes, ni calendarios, no se suman ni se cuentan los años, simplemente se viven y se disfrutan. Se toman baños de luna, contar las estrellas es un deporte. Se canta bajo la lluvia, en las plazas se recita y se lee poesías y los muros son inmensos lienzos donde se pintan maravillas. En ese mundo se practica el amor sin importar el género o el número, se permite llorar o reír donde quieras; para entrar a él no te exigen visa ni pasaporte; siempre eres bien recibido. Es un mundo de puertas y ventanas abiertas…

Es un mundo perfecto, aunque aparente lo contrario.

En este mundo el trabajo resulta divertido, el dinero no existe, vales por lo que eres, por lo que haces y no por lo que tienes. Puedes bailar aunque no haya música y cantar aunque no tengas voz; en este mundo es muy difícil sentirte aburrido. En el coexisten los hijos de la noche, los que hacen vida entre las sombras y las tinieblas, se esconden al despuntar el día y los hijos del sol; los primeros son silenciosos, sigilosos, soñadores y melancólicos, los otros son más activos, enérgicos y bulliciosos.

En este mundo no hay jueces, cárceles, ni carceleros, cada quien realiza esos oficios para sí y a su manera, así puedes ser presa de tus miedos y de tus necesidades, o castigarte por lo que no hiciste. En la escuela no te enseñan, en ella aprendes; no te forman, te informan. Puedes vivir contento por lo que tienes o sufriendo por lo que te hace falta. En este mundo la soledad es una materia electiva y el prójimo una oportunidad y no una amenaza.

Es un mundo de contrasentidos.

Dicen que este mundo es el mundo de los incomprendidos, de los locos, de los enajenados; un mundo ilógico e incomprensible; muchos piensan que es un mundo de ensoñación. Es más fácil para ellos negar su existencia; pero es real, existe, yo lo he visto... Un mundo donde no siempre el malo es malo, ni el bueno tal, dónde los locos son los más cuerdos y los borrachos son los más sobrios.

En este mundo Caperucita no siempre es inocente y el lobo puede ser cordero. En el prevalece la paz y no se conoce de guerras, no hay ricos, ni pobres, no se utilizan ni se colocan etiquetas, no se estigmatiza, solo hay personas, no estereotipos… Los humanos, las plantas y animales viven en armonía, en perfecta sincronía, sin dañarse, se sirven mutuamente y se respetan. No se sufre de amnesia, pues no hay razón para olvidar, no existen desesperados porque no se espera nada, ni perdidos porque no se busca a nadie, ni nadie se quiere encontrar.

Quizás este mundo es anárquico, un caos total…

En este mundo no existen fronteras, tampoco religiones, cualquier lugar es un templo y toda acción es una plegaria, un rezo. Un mundo donde los niños son eso, niños, y donde los grandes también pueden jugar, donde crecer no es un delito ni significa perder, pues la vida ya es ganancia. Donde soñar es tarea obligada, donde aún hay inocencia y no se ha extraviado la esperanza. En este mundo no se llora la muerte, se celebra, pues no es el final sino un comienzo…

Este es el mundo en el que no vivo y de vez en cuando visito.

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Somos la única especie viviente que puede transformar en forma consciente el mundo, la sociedad y los pensamientos...