ENTRE BASTARDOS Y DEMONIOS Nº1 | James M. Wolf, Investigador Paranormal.

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Me dirijo a la escena del secuestro, veo el demonio con una escopeta amenazando a unos jodidos zombis. Pido el megáfono a los polis, quienes me ven extrañados hasta que les enseño mi placa de investigador paranormal de Trinity. Seguido comienzo la negociación le preguntó al demonio que quiere, se llama Neil un bastardo cornudo, gordo, de piel áspera y roja con cola puntiaguda, me dice que ya no soporta las reglas de este mundo, que antes eran la especie dominante y que ahora son solo oficinistas que trabajan de 9:00 am a 4:00 pm. Exige un millón de Devildolars, le digo que haremos todo lo posible que me dé un poco de tiempo. 

Después de tomarme mi cuarta cerveza me lo pienso bien y digo bueno qué carajo, tocara usar un poco de magia o tal vez solo debo escabullirme por el conducto del aire acondicionado.  

En qué jodida mierda me metí este laberinto de conductos es enorme, aun siento el alcohol en mis venas, joder! Por fin logro ver algo, una luz, veo los rehenes unos pobres niños zombis y su madre. 

Bajo cuidadosamente hasta donde están ellos mientras recuerdo porque es que hago esto, para ayudar y redimirme. Les digo que se calmen que estoy aquí para ayudar, de repente suena la puerta.  

El maldito demonio se lanza sobre mí, le golpeó la mandíbula y siento como se rompen algunos dedos, el demonio toma la escopeta.

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La bala alcanza a un pobre chico zombi. Me enojo por lo cual comienzo a recitar un hechizo, hago que el hijo de puta se incinere vivo pero es resistente.  

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Le disparó en la cabeza pero se regenera, con un rápido movimiento  tira mi arma a una esquina del cuarto. Los rehenes están asustado, pronunció un hechizo de hielo, vaya que el bastardo resiste pero recuerden esto amigos “un mago siempre tiene un as bajo la manga”, en este caso una botella de agua bendita en la parte posterior de mi chaqueta, la tomo con mi mano derecha y la lanzó a su rostro, queda ciego!.  

Es mi oportunidad tomó la escopeta del piso.

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Esta tiene suficiente fuerza como para empujarlo por la ventana. 

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Bien, todo resuelto.  

La familia de zombis me ven como su salvador, la madre me dice que hice todo lo que pude pero yo solo veo un chico muerto. Le digo que pude haberlo hecho mejor y me disculpo, ella comienza a llorar. Cuando me voy a retirar,  entra la policía todos me aplauden por ser un héroe, pero no me siento así.

Al entrar al bar me aplauden, el dueño Bob enseguida me dice que ordene lo que quiera, invita la casa. Les explico que no soy un héroe, pero nunca nadie lo ve de esa forma. Nunca fui un héroe, antes era un mercenario pero nadie conoce esa parte de mí, soy solo un pobre bastardo que quiere redimirse.