UN PROFESOR IDEAL I: Las virtudes. La visión de los alumnos

¡Qué sabiduría tienen los jóvenes! y cuánta soberbia tienen aquellos profesores que, cuando se me acercaban en la cafetería, durante los descansos de la mañana, me decían -mis alumnos no saben nada-, y yo les contestaba, pues debo de ser rara, ya que, a mí, me pasa lo contrario, cada vez que comienza el año, me encuentro con alumnos más listos.

El otro día, pensando sobre el contenido del próximo post, me topé, entre las carpetas de mi ordenador, con un trabajo, realizado, bajo mi supervisión, por un grupo de alumnos de primer curso de la Titulación de Maestro en Educación Primaria. El tema del trabajo era “la profesión docente” y cada grupo debía hacer una guía “muy didáctica”, cómo si se tratase de un manual para ser entregado a los nuevos profesores.

El contenido de la misma era abierto, de modo que cada grupo recogió en la guía lo que le pareció más importante, y eligió el diseño. Este grupo optó por una presentación de imágenes que sugerían cada una de las virtudes que un profesor debería tener.

Lo escogí al azar, no penséis que era el mejor trabajo. Lo abrí y comencé a leer, y cuando terminé, me dije: “tengo que publicarlo para que otros vean ¡cuánta verdad tenían dentro mis alumnos!.

Su mirada, acerca de la profesión docente, es limpia, intuitiva, sin filtros ni cortapisas. Es la mirada construida a través del tiempo que han pasado en las aulas, y quiero compartirla con todos vosotros.

Entre otros elementos incluían las virtudes, las habilidades docentes, así como también las ventajas e inconvenientes de la profesión, según su punto de vista.

Hoy les presentaré las virtudes, que consideraron incluir y las incluyeron en orden de importancia por consenso importancia.

Según el grupo, todo profesor debe ser o poseer: