Mes al Sagrado Corazón de Jesús - día 9

in #spanish7 years ago (edited)

Nuevo Mes al Sagrado Corazón de Jesús

#mesjunio-corazondejesus

Noveno año de la vida de Jesús

La oración que puede rezarse con utilidad todos los días antes y después de la meditación se presenta ahora en este otro link.

Ternura del Corazón de Jesús para con los hombre

1. Imagina a Jesús que mira a todos los hombres como hermanos suyos amándolos con la mayor ternura.

2. Pídele a vuestro divino Señor, una verdadera y sincera caridad con el prójimo.

I. Jesús es nuestro amigo

Del amor a Dios procede necesariamente el amor a los hombres que son hijos suyos. Jesús tiene para nosotros corazón de amigo; así quiere él mismo llamarse, y con razón, pues tiene de amigo el afecto, la fidelidad y el incesante desvelo. ¡Oh palabra dulce! ¡Oh título amable ! ¿Qué cosa hay comparable con este amigo fiel? ni ¿qué es todo el oro y plata en su comparación? (Eccl. 6).

Discípulo afortunado que reclinasteis vuestra cabeza sobre el Corazón de Jesús, y fuisteis objeto de su predilección, decidnos si el divino Salvador sabe amar a sus amigos, y si Él mismo, es aquel amigo fiel que da la vida y la inmortalidad, sirviendo al mismo tiempo de defensa y baluarte a sus amigos (Ibid.). Jesús es en efecto el amigo verdadero que no nos abandona en la desgracia, ni aun en la muerte; que mira por nuestros intereses y nos ama con un amor puro y desinteresado ¡Oh! cuán mal he correspondido yo hasta aquí a su amistad divina! Dios mío, ¡cuán sensible es mi corazón para con las criaturas, y cuán duro para Vos! ¡Ah! Si al menos no hubiese yo jamás abandonado este amigo..! ¡Si no le hubiese hecho traición....!

¡Oh Jesús mío! perdonad mi infidelidad.

II. El Corazón de Jesús es el corazón de un hermano

Al título de amigo junta el Salvador otro todavía más tierno; el título de hermano. ¿Qué cosa hay más dulce que el amor fraternal? ¿Qué cosa más íntima que los lazos que unen entre sí a los hermanos? "Id a mis hermanos, dijo Jesús a la Magdalena, y decidles de mi parte: subo a mi Padre, y nuestro Padre (Jo. 20). Por otra parte este título no es en los labios de Jesús un nombre vano, puesto que en esta cualidad quiere que participemos de sus bienes haciéndonos coherederos con él (Rom. 8).

Pero lo que más hace resaltar la fuerza de este amor, es nuestra indignidad e ingratitud; por cuanto nosotros le hemos tenido en poco, le hemos rechazado, ultrajado y hasta entregado a la muerte, y a pesar de esto Él nos ha amado buscándonos para rescatarnos del infierno, y de infelices desterrados que éramos nos ha hecho hijos de Dios abriéndonos las puertas del cielo.

Ahora bien: ¿quieres dar al Salvador una prueba de agradecimiento al favor insigne que te dispensa recibiéndote por hermano? Ama a tu prójimo, y socorre a Jesucristo en sus pobres, seguro de que mirará como hecho a Su persona lo que hicieras con el más pequeño de los suyos. ¡Qué felices eres pudiendo de este modo pagar a Jesucristo lo mucho que le debes!

III. El Corazón de Jesús es para nosotros un corazón de padre

Los vínculos que unen al padre con los hijos son más íntimos aun que los que unen entre sí a los hermanos. Pues bien; Jesucristo ha querido tomar el nombre de Padre de sus escogidos y amarles con una ternura paternal. "Heme constituido Padre de Israel, reconociendo a Efraín como a mi primogénito. Yo trataré con respeto a Efraín" (Is. 31). Este Padre amantísimo ha derramado su sangre para darnos la vida y aun ahora nos alimenta con su preciosa carne, de manera que le pertenecemos con más justo título que los hijos pertenecen a su madre natural "Heme aquí, dice el Salvador, y conmigo los hijos que Dios me ha dado (Heb. 2).

¿Qué deben a su padre los hijos más queridos? ¿Qué debo yo a Jesucristo? ¿Qué me toca hacer por él?

III. El Corazón de Jesús es para nosotros corazón de esposo

Sobre la unión de los hermanos entre sí, y la de un padre con sus hijos, hay otra todavía de mayor excelencia y que identifica más: esta unión es la de los esposos. ¿Quién es capaz de comprender, y menos aun de explicar lo que encierra la mística alianza de la creatura con el Creador? ¿Quién habría podido persuadirse jamás, que el Hijo de Dios, llegara a tal exceso de amor para con el hombre caído, ni de que nuestro corazón, desfigurado por la culpa, lleno de imperfecciones, despreciable en sus afectos y desarreglado en sus deseos había de celebrar una unión tan estrecha con su Dios? Y sin embargo es así. "Habéis herido mi corazón, hermana mía, esposa mía, dice al alma fiel." (Cant. 4).

Yo me regocijaré con sumo gozo en el Señor, dice el Profeta, y el alma mía se llenará de placer en mi Dios; porque me ha cubierto con el manto de la justicia, como a esposo ceñido de corona, y como a esposa ataviada con sus joyas (Is. 61). En esta unión que se celebra entre el Corazón de Jesús, y el corazón del hombre, la caridad sirve de lazo. Mi amado para mi yo para él (Cant. 2). Mas, ¡Oh, Dios! ¿Quién podrá aspirar a una amistad tan íntima? La justicia, la pureza y la humildad nos disponen a ella; Dios nos la concede por su bondad, y sólo con una constante fidelidad se conserva.

Escucha alma mía, lo que te dice el Señor: "Te desposaré conmigo para siempre mediante la justicia, la misericordia y la fidelidad, y conocerás que yo soy el Señor" (Os. 2.).


Lectura

Imitación de Cristo, Libro II, Capítulo 7 y 8

Del amor de Jesús sobre todas las cosas


Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí mismo por Jesús. Conviene dejar un amor por otro; porque Jesús quiere ser amado él solo sobre todas las cosas. El amor de la criatura es engañoso y mudable. El amor de Jesús es fiel y permanente. El que se llega a la criatura caerá con lo caedizo; el que abraza a Jesús perseverará firme para siempre. Ama y ten por amigo a aquél, que aunque todos te desamparen no te desamparará ni dejará perecer en el fin. De todos has de ser desamparado alguna vez, quieras o no.

Sigue el partido de Jesús con toda constancia en vida y en muerte, y entrégate a él muy seguro de su fidelidad, pues él solo te puede ayudar cuando todos te faltaren. Tu amado es de tal condición, que no quiere consigo admitir a otro, sino que él, sólo, quiere poseer todo tu corazón y hacer su asiento en él como un Rey en su propio trono. Si supieses bien desocuparte de toda criatura, Jesús moraría de buena gana contigo. Cuanto amor pusieres en los hombres, no siendo por Jesús, lo tendrás perdido. No confíes ni estribes sobre la caña hueca, porque toda carne es heno, y toda su gloria se marchita como su flor.

Si mirares solamente la apariencia de los hombres, presto serás engañado. Porque si buscas tu descanso y provecho en otros, muchas veces sentirás daño; mas si en todo buscas a Jesús, le hallarás en todas partes. Y si te buscas a ti mismo, también te hallarás, pero será para tu mal; pues más se daña el hombre a sí mismo si no busca a Jesús, que todo el mundo y todos sus enemigos le pueden dañar.

De la familiar amistad de Jesús


Cuando Jesús está presente, todo es bueno y nada parece difícil; mas cuando Jesús está ausente, todo es duro. Cuando Jesús no habla dentro del alma, muy despreciable es la consolación; mas si Jesús habla una sola palabra, se siente gran consolación. Por ventura ¿no se levantó luego María Magdalena del lugar donde lloraba, cuando le dijo Marta: El Maestro está aquí y te llama? Bienaventurada la hora, cuando Jesús llama de las lágrimas al gozo del espíritu. ¡Cuán árido y duro eres sin Jesús! ¡Cuán necio y vano si codicias algo fuera de Jesús! ¿No es éste mayor daño que si perdieses todo el mundo?
¡Qué puede dar el mundo sin Jesús! Estar sin Jesús es grave infierno; estar con Jesús es dulce paraíso. Si Jesús estuviera contigo, ningún enemigo te podrá dañar. El que halla a Jesús halla un buen tesoro, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho, y más que si perdiese todo el mundo. Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo el que está bien con Jesús.
Grande arte es saber conversar con Jesús, y gran prudencia saber tener a Jesús. Sé humilde y pacífico, y Jesús será contigo. Si eres devoto y reposado permanecerá contigo Jesús. Presto puedes apartar de ti a Jesús y perder su gracia si te inclinas a las cosas exteriores. Si apartas de ti a Jesús, y le pierdes, ¿a dónde irás? ¿a quién buscarás por amigo? Sin amigo no puedes vivir contento; y si no fuere Jesús tu especialísimo amigo, estarás muy triste y desconsolado. Pues neciamente obras si en otro alguno confías o te alegras. Más se debe escoger tener todo el mundo contrario, que tener ofendido a Jesús. Pues sobre todos tus amigos sea Jesús amado especialmente.
Ámese a todos por amor de Jesús, y ámese a Jesús por sí mismo. Solo Jesucristo se debe amar singularísimamente, porque él solo es bueno, y fidelísimo más que todos los amigos. Por él y en él debes amar a los amigos y a los enemigos, y rogarle por todos para que te conozcan y te amen. Nunca desees ser alabado ni amado singularmente, porque eso sólo a Dios pertenece, que no tiene igual. Ni quieras que ninguno ocupe contigo su corazón, ni tú ocupes el tuyo con el de nadie; más sea sólo Jesús en ti y con todo hombre bueno.
Sé puro y libre en lo interior, sin apego a criatura alguna, porque te conviene tener para con Dios un corazón puro, si quieres descansar y ver cuán suave es el Señor. Y verdaderamente no llegarás a esto si no fueres prevenido y atraído por su gracia, para que dejadas y echadas de ti todas las cosas, seas unido solo con él solo. Pues cuando viene la gracia de Dios al hombre, entonces se hace poderoso para todo; y cuando esta gracia se retira, queda pobre y enfermo, y como desnudo y abandonado, sólo para el castigo. En este estado no debe el hombre desmayar, ni desesperar, sino estar constante en la voluntad de Dios, y sufrir con ánimo tranquilo todo lo que le aconteciere por la gloria de Jesucristo; porque después del invierno viene el verano, después de la noche vuelve el día, y pasada la tempestad llega la bonanza.


Coin Marketplace

STEEM 0.18
TRX 0.16
JST 0.029
BTC 62493.96
ETH 2440.89
USDT 1.00
SBD 2.64