Mes al Sagrado Corazón de Jesús - día 15

in #spanish7 years ago (edited)

Nuevo Mes al Sagrado Corazón de Jesús

#mesjunio-corazondejesus

Décimo quinto año de la vida de Jesús

La oración que puede rezarse con utilidad todos los días antes y después de la meditación se presenta ahora en este otro link.

Fidelidad y adelanto del Corazón adorable de Jesús

Imagina a Jesús en la edad de quince años y comparadle con el niño del pesebre. ¡Qué cambio desde su nacimiento! ¡Cuántos actos de virtud practicados! ¡Qué de padecimientos sobrellevados! ¡Qué de méritos adquiridos! ¡Cuánto amor para con nosotros!

Pide la gracia de aprovechar el tiempo como él, para adelantar siempre en su amor y servicio.

I. El adelanto de Jesús, nos excita al fervor.

Jesús crecía en saber, en edad, y en gracia delante de Dios y de los hombres (Luc. 2). He aquí todo lo que el sagrado Evangelista nos dice acerca de la mayor parte de la vida del Salvador: Crecía... La vida del justo, nos dice el Espíritu Santo, como una brillante luz sube y crece hasta el día perfecto (Prov. 4). Siendo Jesucristo el justo por excelencia, entró en la carrera, como un gigante, bastándole un momento para correrla toda; mejor dicho: llegó al término de ella tan pronto como la empezó, supuesto que, desde el primer instante de su vida mortal, poseyó la gracia en toda su plenitud.

Pero a la manera que el sol, aunque siempre es el mismo, dilata su fuego, y envía sus rayos con mayor fuerza desde el meridiano que desde el oriente, así el Corazón de Jesús si bien perfecto siempre, esparcía mas abundantemente la luz que alumbra el mundo, y el calor que lo vivifica, a medida que este Salvador divino crecía en edad. En efecto, se multiplican sus trabajos, aumentan sus padecimientos, sus obras satisfactorias van siendo más y más superabundantes, y su corazón nos da nuevas prendas del amor, que le obligó a bajar desde el cielo a un establo, le condujo desde el establo al calvario, y desde el calvario al tabernáculo.

¡Oh modelo de las almas justas! ¡Oh rey de los corazones! ¡Oh sol de las inteligencias! Llévame tras de ti, con tus divinos atractivos, y con tu omnipotente gracia. Haz que corra yo en tu seguimiento sin dejarte (Can. 1).

II. El adelanto de Jesús, nos enseña el modo de adelantar en la perfección

Efectivamente; ¿cómo y en qué crecía Jesús? Crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres. Es decir: que a medida que iban desenvolviéndose los años de Jesús, daba nuevas pruebas de la sabiduría infinita que gobernaba su conducta; que multiplicaba las santas acciones con que honraba su Padre; que ofrecía al mundo nuevos testimonios de su divinidad; y por último, que con sus palabras y ejemplos esclarecía a los hombres con una luz más viva y más abundante al mismo tiempo que acopiaba sin cesar nuevos tesoros de un precio infinito, destinados a glorificar a su Padre, y a enriquecer su Iglesia Como la santa humanidad del Salvador unida hipostáticamente a la persona del Verbo, fue desde el primer instante que se realizó esta unión, elevada al grado de perfección de que era capaz, no podía adquirir nueva santidad...


Mas no así nosotros. Esencialmente imperfectos, inclinados por naturaleza al mal, podemos y hasta debemos aumentar y perfeccionar de día en día nuestras virtudes, creciendo en sabiduría y en gracia delante de Dios interiormente, y exteriormente delante de los hombres. ¿Pero lo hacemos así? ¡Ay! crecemos en edad, es cierto, crecemos también en fuerza, quizás en salud, en habilidad, en ciencia, en sabiduría mundana; mas ¿crecemos en la sabiduría verdadera, en aquella sabiduría que, según santo Tomás, consiste en dar a cada cosa el aprecio y el amor que se merece y en ordenarlas todas con relación a Dios? ¿Qué caso hacemos del talento que Dios nos ha concedido y de las gracias que cada día nos otorga?

III. El adelanto de Jesús, es el manantial de nuestros progresos en la virtud

El Corazón de Jesús es no solamente adelantos que nosotros debemos hacer en la perfección. ¿Qué es la vida del hombre, del cristiano? un viaje que debe concluir en la eternidad bienaventurada, viaje en el que cada paso debe aproximarse mas a la santidad. No adelantar, dicen los santos, es atrasar; quien no se esfuerza en luchar contra la corriente, será arrastrado por la rapidez de sus ondas; quien no pelea con sus pasiones, tarde o temprano será víctima de ellas..., dice Jesucristo, mientras vuelvo, negociad (Luc. 19). Los justos, dice el Espíritu santo, irán de virtud en virtud, y subiendo de uno en uno los diversos grados de la perfección cuyo plan trazaron en su corazón, llegarán ayudados de la divina gracia a ver y a conocer al Dios de los dioses en Sion. Toda la vida cristiana se encierra pues en esta palabra que expresa su deber esencial, Proficiebat: adelantaba a los ojos de Dios y de los hombres.

iOh! ¡Si yo creciese realmente y todos los días, como Jesús, en humildad, en obediencia, en caridad, en mansedumbre, en paciencia...! ¿En qué grado me encuentro? ¡Oh Corazón adorable de Jesús! Curad mi tibieza y comunicad a mi pobre corazón tan frío, tan cobarde, tan indolente, la sagrada llama que arde en el vuestro. ¿Qué adelantos he hecho yo en este año, en el mes que ha concluido? ¿He ganado, ó he perdido?

Examínate y humillándote a vista de tus faltas e imperfecciones, no olvides el dar gracias a Dios, por las que te ha concedido y por todos los actos de virtud que has hecho con su auxilio. Toma alguna resolución buena para en adelante, y en particular para este día.

Lectura espiritual

Imitación de Cristo, libro I, capítulo 11 disponible en este link





Fuentes:

Jesús Niño Eucaristía.
Texto: Nuevo Mes del Sagrado Corazón de Jesús o las principales virtudes de este adorable corazón, consideradas en treinta y tres meditaciones correspondientes a los treinta y tres años de la vida del Divino Salvador. Traducido libremente de la obra del P. Gautrelet, de la Compañía de Jesús (con menores adaptaciones).

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