Mes al Sagrado Corazón de Jesús - día 11

in #spanish7 years ago (edited)

Nuevo Mes al Sagrado Corazón de Jesús

#mesjunio-corazondejesus

Undécimo año de la vida de Jesús

La oración que puede rezarse con utilidad todos los días antes y después de la meditación se presenta ahora en este otro link.

Afectos del Corazón de Jesús hacia las creaturas

1. Oye al divino Maestro en esta edad en que la infancia se deja alucinar de los objetos exteriores, como pronuncia estas palabras. “¡Qué deseo yo en la tierra ni en el cielo sino a Vos, Dios de mi corazón!” (Salmo 72).

2. Pide el amor a la castidad y la gracia de conservar en toda su pureza la vestidura de la inocencia de que fuisteis revestido en los sacramentos.

I. Jesús se halla indiferente para con las creaturas.

El primer afecto del Corazón de Jesús- respecto de las creaturas es de indiferencia hacia ellas, y de menosprecio por el vacío y la nada que de sí mismas tienen. ¿Qué puede, en efecto, ofrecerle el mundo, que sea digno de él? El mundo pasa como una sombra (I. Cor. 7). Todo es vanidad dice el Sabio. (Eccl. 1). Pero ¿quién mejor que el corazón adorable de un Dios hecho hombre puede comprender estas verdades? ¿No es a él, a quien el eterno Padre lo ha sometido todo? (Salmo 8). ¿No es él, quien siendo el resplandor de la gloria del Padre y vivo retrato de su sustancia, y sustentándolo todo con su palabra omnipotente, está sentado a su diestra, tanto más elevado sobre los ángeles cuanto el nombre de Hijo que lleva, es más glorioso que el que aquellos tienen? (Hebr. 1).

Oye al Apóstol que en este sentido dice. Vos sois Señor, el que al principio creasteis la tierra; los cielos son obra de vuestras manos. Ellos pasarán, pero Vos permaneceréis siempre; se envejecerán como un vestido, y con la facilidad que este se cambia, los cambiaréis; pero Vos seréis siempre el mismo, y vuestros años no se acabarán (Hebr. 1).

Alma cristiana, tú debes participar de esta grandeza, de esta soberanía del Hijo de Dios y de esa superioridad de su corazón sobre todo lo criado. ¿Por qué te has de apegar al mundo, dice un Santo, tú que eres mayor que el mundo? También la Iglesia te dice, elevad vuestro corazón. Y el Espíritu Santo nos avisa: Hijos míos, no amen al mundo, ni a lo que hay en el mundo (l. Jo. 2). Sondeen su corazón: ¿Le tienen libre de todo deseo, afecto o temor desordenado? (Salmo 4). ¿Por qué aman la vanidad, y buscan la mentira?

II. Él ama a Dios en todas las creaturas

El fin primero que se propuso Dios en la creación del mundo fue la manifestación de sus infinitas perfecciones; de manera que si el hombre no hubiese estado ciego por el pecado que le rodeó de tinieblas, habría descubierto en todas partes la imagen de su Dios elevándose por medio de las cosas visibles a la contemplación de las invisibles, que todas le servirían para amar, alabar y bendecir a su Creador: y esto es lo que hace el Corazón de Jesús; en él y por él, todas las cosas creadas llegan a su fin, y el orden interrumpido por el pecado, vuelve a tomar su curso. Se halló en fin un corazón, el corazón de un Dios, que prestando la voz de su amor a las obras del universo hizo subir hasta el Creador el magnífico concierto de sus homenajes y adoraciones.

Mas, ¡ay! el hombre abusa de todo, de los bienes lo mismo que de los males. Los bienes en lugar de conducirle a su legítimo fin, le detienen en el camino, le seducen con sus encantos, debilitan su alma, cautivan su corazón, que debía guardar sólo para Dios. Los males en vez de retraerle del pecado, haciéndole conocer su malicia, ya que son su castigo; en vez de servirle de expiación, se convierten para él en nuevos motivos de faltas. Únicamente el Corazón de Jesús, ha sabido hacer servir todas las creaturas a la gloria y amor de Dios. En el Corazón de Jesús, la justicia y la verdad han recobrado sus derechos, los bienes han dado testimonio de la bondad de Dios, y los males de su justicia, publicando todo su amor y sabiduría.

¿Te sucede esto a ti, alma fiel? ¿Sabes aprovecharte de todos los acontecimientos para acercarte a Dios y crecer en su amor? ¿Descubres en todos los sucesos la acción de la divina Providencia? ¿Bendices a Dios en la tribulación, como en el consuelo, lo mismo en los males, que en los bienes? No olvides que Dios envía los unos, y los otros, para nuestro bien espiritual, y que todo es gracia suya, y sirve de medio para alcanzar mayor santidad, abriéndonos el camino del cielo. ¡Cuán grande consolación no experimenta el alma con este pensamiento!

Nada puede impedirme amar a Dios, y amarle sin reserva, nada puede separarme de Él si yo no quiero, todo puede y debe hacerme crecer en virtud y perfección. ¿Crees estas verdades? Sí, Salvador mío, yo las creo, y las quiero practicar.

III. El Corazón de Jesús ama a todas las creaturas en Dios, y por Dios

¡Oh! ¡Cuán pocas son las personas que comprenden y practican este punto de la perfección! ¡Cuán pocas hay que no sean más o menos idólatras de las creaturas, atribuyéndolas lo que no corresponde sino al Creador! Nada hay que especulativamente no confiese que todo bien proviene de Dios, y que de Él desciende todo don perfecto y toda virtud, pero en la práctica son contados los que no atribuyan alguna de estas cualidades a las creaturas, sin hacer remontar a la causa, lo que hay de bueno en ellas. ¿Y son muchos en efecto, los que buscan en Dios la razón primera del amor que profesan a sus padres, amigos y bienhechores, amándolos únicamente por Dios y por su gloria? ¡Ah! que es muy difícil no pararse en la creatura.

Oye lo que dice el apóstol san Pablo escribiendo a los de Corinto. "Los que lloran, dice, como si no llorasen, los que se alegran, como si no se alegrasen, y los que usan de las cosas del mundo como si no las usasen."

Pasemos por medio de las creaturas pero no nos paremos en ellas. Mirémoslas como un camino que debe conducirnos al término, que es sólo Dios, y de este modo ni distraeremos con ellas el espíritu, ni pondremos trabas a nuestro corazón. Todo conduce a Dios, pero solo Él puede dar verdadero contento. ¡Oh mi Dios! ¿Y quién hay semejante a Vos? ¿Quien cómo Dios Señor nuestro que habita en lo alto? (Salmo 112).


Lectura

Imitación de Cristo, Libro III, Capítulo 21 y Libro 1, Capítulo 1

Sólo se ha de descansar en Dios sobre todas las cosas


Alma mía, descansa siempre en Dios, sobre todas y en todas las cosas, porque él es el eterno descanso de los santos. Concédeme tú, dulcísimo y amantísimo Jesús, descansar en ti sobre todas las cosas criadas; sobre toda salud y hermosura; sobre toda gloria y honor; sobre toda potencia y dignidad; sobre toda ciencia y sutileza; sobre todas las riquezas y artes; sobre toda alegría y gozo; sobre toda fama y loor; sobre toda suavidad y consolación; sobre toda esperanza y promesa; sobre todo merecimiento y deseo; sobre todos los dones y dádivas que puedes dar e infundir; sobre todo el gozo y dulzura que el alma puede recibir y sentir; y en fin, sobre todos los ángeles y arcángeles y sobre todo el ejército del cielo; sobre todo lo invisible e invisible; y sobre todo lo que tú, Dios mío, no eres.

Porque tú, Señor Dios mío, eres bueno sobre todo; tú sólo altísimo; tú sólo potentísimo; tú sólo suficientísimo y plenísimo; tú sólo suavísimo y agradable; tú sólo hermosísimo y amantísimo; tú sólo nobilísimo y gloriosísimo sobre todas las cosas, en quien están todos los bienes perfectamente juntos, estuvieron y estarán. Por eso es poco y no me satisface cualquier cosa que me das fuera de ti, o revelas o prometes de ti mismo, si no puedo verte ni poseerte cumplidamente; porque no puede mi corazón descansar verdaderamente ni contentarse del todo, si no descansa en ti, y no se eleva sobre todo lo criado.

¡Oh amantísimo esposo, mío Jesucristo, amador purísimo, Señor de todas las criaturas! ¿Quién me dará alas de verdadera libertad para volar y descansar en ti? ¿Cuándo me será concedido ocuparme en ti cumplidamente y ver cuán suave eres, Señor Dios mío? ¿Cuándo me recogeré del todo en ti, que no me sienta a mí por tu amor, sino a ti sólo sobre todo sentido y modo, y de un modo no manifiesto a todos? Pero ahora muchas veces doy gemidos y sufro con dolor mi infelicidad; porque me acaecen muchos males en este valle de miserias los cuales me turban a menudo, me entristecen y ofuscan; muchas veces me impiden y distraen, me halagan y embarazan, porque no tenga libre la entrada a ti, y no goce de los suaves abrazos, que sin impedimento gozan los espíritus bienaventurados. Muévante mis suspiros, y la grande desolación que hay sobre la tierra.

¡Oh Jesús resplandor de la eterna gloria, consolación del alma que anda peregrinando! Delante de ti están mi boca sin voz, y mi silencio te habla. ¿Hasta cuando tarda en venir mi Señor? Venga a mí, pobrecito suyo, y lléneme de alegría. Extienda su mano, y líbreme a mí, miserable, de toda angustia. Ven, ven, que sin ti ningún día, ni hora estaré alegre; porque tú eres mi gozo, y sin ti está vacía mi mesa. Miserable soy, y como encarcelado y preso con grillos, hasta que tú me reanimes con la luz de tu presencia, y me pongas en libertad y muestres tu amable rostro.

Busquen otros lo que quisieren en lugar de ti, que a mí ninguno otra cosa me agrada sino tú, Dios mío, esperanza mía y salud eterna. No callaré, ni cesaré de clamar a ti, hasta que tu gracia vuelva, y tú me hables en lo interior diciendo:

Mira; aquí estoy, me ves ya aquí, pues me llamaste. Tus lágrimas y el deseo de tu alma, y tu humillación y la contrición de tu corazón me han inclinado y traído a ti.
Y yo dije: Señor, yo te llamé y deseé gozarte; preparado estoy a menospreciar todas las cosas por ti; pero tú primero me excitaste para que te buscase. Bendito seas, Señor, que hiciste con tu siervo este beneficio, según la muchedumbre de tu misericordia. ¿Qué más tiene que decir tu siervo delante de ti, sino humillarse mucho en tu acatamiento, acordándose siempre de su propia maldad y vileza? Porque no hay cosa semejante a ti en todas las maravillas del cielo y de la tierra. Tus obras son perfectísimas, tus juicios verdaderos, y por tu providencia se gobiernan todas las cosas. Por eso toda alabanza y gloria sea a ti, ¡oh Sabiduría del Padre! A ti alabe y bendiga mi boca, mi alma, y juntamente todo lo creado.

De la imitación de Cristo y desprecio de todas las vanidades del mundo


Quien me sigue no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos exhorta a que imitemos su vida y costumbres, si queremos ser verdaderamente iluminados y libres de toda ceguedad del corazón. Sea, pues, todo nuestro estudio pensar en la vida de Jesús.

La doctrina de Cristo excede a la de todos los Santos; y el que tuviese su espíritu, hallará en ella maná escondido. Más acaece que muchos, aunque a menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él, porque no tienen el espíritu de Cristo. El que quisiere, pues, entender con placer y perfección las palabras de Cristo, procure conformar con él toda su vida.

¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si no eres humilde, y con esto desagradas a la Trinidad? Por cierto las palabras sublimes, no hacen al hombre santo ni justo; más la virtuosa vida le hace amable a Dios. Más deseo sentir la contrición, que saber definirla. Si supieses toda la Biblia a la letra, y las sentencias de todos los filósofos, ¿qué te aprovecharía todo, sin caridad y gracia de Dios? Vanidad de vanidades, y todo es vanidad, sino amar y servir solamente a Dios. La suprema sabiduría consiste en aspirar a ir a los reinos celestiales por el desprecio del mundo.

Luego, vanidad es buscar riquezas perecederas y esperar en ellas; también es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne y desear aquello por donde después te sea necesario ser castigado gravemente. Vanidad es desear larga vida y no cuidar que sea buena. Vanidad es mirar solamente a esta presente vida y no prever lo venidero. Vanidad es amar lo que tan rápido se pasa y no buscar con solicitud el gozo perdurable.

Acuérdate frecuentemente de aquel dicho de la Escritura: Porque no se haría la vista de ver, ni el oído de oír. Procura, pues, desviar tu corazón de lo visible y traspasarlo a lo invisible; porque los que siguen su sensualidad, manchan su conciencia y pierden la gracia de Dios


Sort:  

Buenos días @okutavio
Intenta especificar en futuras publicaciones tanto las fuentes de las imágenes empleadas como las fuentes que utilizaste para inspirarte en escribir el texto.
Gracias.

Muy bien. pensaré en un modo de hacer lo de las imágenes sin que resulte incómodo para la lectura. De por sí me han dicho que les pesa un poco la cantidad de texto. Busco las imágenes para hacer menos pesada la lectura, de hecho intenté en algún momento poner link a la dirección original pero no pude hacer la imagen clickeable con markdown. ¿Hay alguna forma de hacerlo?

Puedes optar por poner todas las fuentes juntas al final del texto en un apartado que especifique "Fuentes"; no hay pega.
Respecto al tamaño de tus publicaciones, ciertamente lo suyo es encontrar una extensión ni muy larga ni muy corta.

Muy bien, gracias.

Coin Marketplace

STEEM 0.18
TRX 0.16
JST 0.029
BTC 62493.96
ETH 2440.89
USDT 1.00
SBD 2.64