La Primera vez, Cuento de mi Padre 2da parte
Estimados amigos de la gran familia de Steemit, Cervantes e hispanohablante en general, presentó hoy para su amena lectura, la 2da parte del como puede ser para una pareja de enamorados, de la vieja data, una primera vez, los invito a dejar libre su imaginación.
Omar, hijo, hay tantas maneras de decir o narrar las cosas para que se hagan hermosas a la vista, encantadoras al oído y esplendorosas en el sentir del cuerpo, que puedes describir como hacer el amor sin espantar al lector con palabras altisonantes o vulgaridades sin razón.
Así es como
... Tampoco se movió cuando él comenzó a deslizar el tirante del traje de baño hasta el brazo dejando al descubierto todo su seno. Al suspiro, esta vez más profundo, lo acompañó una oleada de calor en el bajo vientre, que llegaba hasta más allá....
Los hábiles dedos guiados por la pasión desataron el lazo que mantenía sujeto a su cintura el pequeño pedazo de tela que cubría sus intimidades…Trató de oponerse, pero la fuerza del sexo fue mucho mayor. Un nuevo suspiro hizo cambiar el ritmo de su respiración haciéndola mas profunda y anhelante. El roce sobre la parte interna de los muslos aumentó el calor, esta vez acompañado de cierta humedad..Trató de juntarlos, acto que no paso más allá de la intención, pues estos entraban en una agradable flacidez…lo dejo hacer.
Un fugaz pensamiento la transportó a los sueños eróticos; más, lo que experimentaba, no se parecía en nada a los sueños. Sus ojos buscaron la mirada de él y su boca recibió un nuevo beso, esta vez más apasionado, que terminó por aumentar la sensación de deseo casi incontenible que la invadía.
Experimentó un estremecimiento en su vientre y de pronto sintió como el calor del amor se acercaba a sus pequeños labios. Algo mas consistente trato de entreabrirlos y una sensación de poseerlo la invadió. No pudo resistir mas el deseo de acariciarlo y apretarlo contra su cuerpo ardiente. Una ola más grande reventó contra los guijarros de la playa y su ruido se confundió con el suave ¡Ay!...de la primera vez. Su ardiente boca fue calmada con un tierno beso..Ambos se quedaron muy quietos.
El repentino ardor dio paso a la sensación de sentirse poseída. El zumbido de un travieso abejorro perturbó la respiración anhelante.
La brisa de la tarde, plena de mar, de aromas y de chirridos refrescó el ambiente ya menos caldeado. El revolotear de las gaviotas y el desfile de los alcatraces la regresaron a la realidad. Un exclamativo e interrogante ¿¡Ya!? Quedó pendiendo del último rayo iridizado del sol en el ocaso. A su lado él la atrajo hacia sí al momento en que sus dedos acariciaban su pelo llenándolo de dulces palabras de amor y promesas.
Después de secarse los restos de sudor y de salitre con el agua fresca contenida en un pequeño envase, procedieron a recoger la carpa y los demás enseres disponiendo así el regreso.
Fue a las primeras horas de la noche cuando hicieron su entrada a Maracay. Durante todo el trayecto ella no emitió comentario alguno y él respetó su silencio, ese silencio siempre amigo de la sabiduría y compañero inseparable de la meditación.
La separación, obligante para él, triste y llena de interrogantes para ella, puso fin a un día temido y esperado en la vida de toda mujer.
Demasaido hermoso.