Después de un buen ejercicio nocturno
los niveles de glucosa
están casi desaparecidos,
despierto y te observo
con tu hermoso cabello
que adorna mis mañanas.

Eres mi fuente de energía,
la comida más importante del día,
el más sabroso
y delicioso alimento.
Aunque comerte cause mayor
gasto de energía,
vale la pena probarte
cada día.

Ni el pan
ni los cereales
ni lácteos
ni las frutas
podrán vigorizar mi cuerpo
como lo hace el tuyo.

No me importan
proteínas
grasas
vitaminas
y minerales
si puedo desayunarte
de por vida.

Un ayuno de ti
sería un infierno doloroso...