Curioso vecino

Detrás de la ventana de su casa en silencio, todas las noches observaba mi rutina de ejercicios, pero esta vez quise darle un buen espectáculo. Coloque la música a todo volumen, la rutina de hoy no haría spinning, ni abdominales, esta noche sin que el se lo esperara, le daría una clase de bailoterapia a mi curioso vecino. Comencé con el baile al son de la música que había preparado, lo vi fijamente desde donde yo me encontraba y me quite el top que cubría mis senos dejándolo al descubierto, vi como su sonrisa mostraba que le gustaba lo que observaba, mientras que con su bebida favorita me saludaba. Sonrío y comienzo a bailar la siguiente música, pero esta vez me quite la licra por completo, quedando solamente cubierta por mi hilo. Con suaves movimiento de mis caderas al son de la música poco a poco me quito el hilo dejándolo caer al suelo, quedándome desnuda.

Sigo bailando mostrando mi cuerpo ante el, tomo un poco de agua para calmar mi sed, mis caderas se movían al son de la música, comienzo a mojar mi cuello y senos de agua, para calmar el calor que ese momento mi cuerpo estaba sintiendo al ser observada, me coloco de espalda mostrando mis nalgas y comienzo a mojar con el agua mi espalda y nalgas, al voltear veo como el libera su pene y comienza a masturbarse, yo reía sensualmente, puse mis manos entre mi sexo y seguía humedeciendo mi cuerpo con el agua, busco una silla me siento frente de el y comienzo a acariciar mi senos de manera circular sin dejarlo de ver fijamente, me mordía los labios, y los saboreaba con mi lengua. Al alzar nuevamente la mirada, ya no se encontraba, yo me encontraba excitada que seguí masturbándome, estaba a punto de sentir mi orgasmo, cuando escuche levemente el ruido del timbre, me levante rápidamente para ver quien era y al abrir la puerta, era mi curioso vecino, empujó la puerta entró y la cerró, desesperamente me empezó a besar el cuello, empujándome contra la pared, colocó sus manos entre mis nalgas, yo tome el control metiendo sus manos dentro del short, su pene estaba duro y firme, me arrodille metí su pene en mi boca sin dejar de mirarlo, comencé a darle el placer que necesitaba, el pego su cabeza contra la pared disfrutando del momento, quitó su pene de mi boca y saco de su bolsillo un condón y se lo puso, se coloco detrás de mi y me penetró, su mano jalaba mi cabello fuertemente y con la otra mano me daba fuertes nalgadas, que el ardor se hacia presente, sus penetraciones eran fuertes, nuestros gemidos se mezclaban entre la música que sonaba en ese momento. Sus penetraciones eran tan intensas que ambos llegamos al orgasmo, agitados encima del sofá quedamos saciados. No hubo ningún tipo de palabra, se paró, se quito el condón, marco su numero celular en el mio, abrió la puerta y se marchó.