Una noche oscura afuera de una pequeña ciudad, comenzó un incendio dentro de la planta química local.

No pasó mucho tiempo antes de que estallara en llamas y una alarma se extendió a todos los departamentos de bomberos en varios kilómetros a la redonda.
Después de luchar durante más de una hora, el presidente de la compañía química se acercó al jefe de bomberos y le dijo: "Todas nuestras fórmulas secretas están en la bóveda en el centro de la planta. ¡Deben salvarse! Le daré $ 50,000 al departamento de bomberos que lo saque de forma segura! "
Tan pronto como el jefe escuchó esto, ordenó a los bomberos que fortalecieran su ataque contra el fuego, pero fue en vano.
Después de dos horas más de atacar el incendio, el presidente de la compañía ofreció $ 100,000 al departamento de bomberos que pudiera sacar los archivos secretos de la compañía.
Justo en ese momento se escuchó una larga sirena a lo lejos y apareció otro camión de bomberos.
Era una compañía local de bomberos voluntarios compuesta exclusivamente por hombres mayores de 65 años.
Para sorpresa de todos, el pequeño camión de bomberos atravesó velozmente las puertas de la planta química y se dirigió directamente al centro del infierno.
A lo lejos, los otros bomberos observaron cómo los veteranos saltaban de su plataforma y comenzaban a luchar contra el fuego con un esfuerzo que nunca habían visto antes.
Después de una hora de intenso trabajo, la compañía voluntaria había extinguido el fuego y había salvado las fórmulas secretas.
El presidente de la empresa química se llenó de alegría y anunció que duplicaba la recompensa a $ 200,000, se acercó para agradecer personalmente a cada uno de los voluntarios.
Después de agradecer individualmente a cada uno de los ancianos, el presidente le preguntó al grupo qué pensaban hacer con el dinero de la recompensa.
El conductor del camión de bomberos lo miró directamente a los ojos y dijo: "Lo primero que vamos a hacer es reparar los frenos del camión".

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