EN MATERIA DE AMOR, ELLOS SON NUESTROS MAESTROS

Realmente nosotros no somos quienes los escogemos, ellos nos encuentran. Ellos, esos seres maravillosos que nosotros los seres humamos hemos otorgado el seudónimo de mejores amigos, nos encuentran para darnos clases de amor.

Su existencia va más allá de solo cuidarnos o acompañarnos en el camino, su razón de existir tiene otro sentido, son seres de luz, evolucionados en lo que al amor se respecta.

Son seres evolucionados; no demos virtud a la evolución solo por el intelecto, esta evolución viene del alma.

Llegaron a nuestra vida para enseñarnos a amar incondicionalmente; a llenar esos vacíos con su inocente compañía. Cuando nos sentimos tristes por algo, ellos solo se sientan a nuestro lado, en silencio, pero dándonos su fortaleza e intuitivamente sabemos que nos hacen entender que no estamos solos.

¿Cuantos de nosotros somos capaces de amar de forma incondicional como lo hacen ellos?, vivimos acomodados a la ley terrenal del “ojo por ojo, diente por diente”.

Ten en cuenta que solo por las sobras de tu plato te dará lealtad por el resto de su vida, y tú, que en tu posición de humano, tienes que sentirte el centro de alguien o totalmente amado para estar estimulado y poder ser leal; insisto, nos acomodamos al “ojo por ojo”…

Su amor es tan grande, que si tú llegases a morir, su misión aquí en la tierra quedaría terminada, y muy probablemente iría a buscarte a aquel plano de amor incondicional, del que fue enviado para enseñarte.

Y es que si hablamos de amor, ellos son nuestros maestros.