“Relatos Reales”
Hola steemianos¡¡¡Hoy quiero compartir con ustedes una parte de mi: De niña, jugué muñecas
hasta la edad de 16 años, pues en la iglesia donde nací de nuevo me crié, me casé y presenté a mis
tres hijos mayores( la menor la presentamos en la población de Duaca en el Edo. Lara).
Pues bien,en esta iglesia fui escogida para dar clases bíblicas los domingos en la mañana a un grupo de niñas.
Debido a este hecho, dejé de jugar y tomé en serio este nombramiento.Para mi fue algo demasiado
hermoso y gratificante, ya que siempre me gustó lidiar niños, de hecho, desde los 11 años, me hice
cargo de mi hermanita menor: María Teresa (@sayury) y mas adelante, desde los 13,también cuidaba a cuatro de
mis primos menores mas cercanos. Cada vez que mi tia Servia me necesitaba, allí iba yo a cuidar a
mis primos.
Bien, el hecho de enseñar en la iglesia no fue fácil; los sábados iba a las clases de
preparación que daban a los maestros que como yo fueron escogidos; nos daban también talleres inclusive
de manualidades porque todas esas estrategias se utilizaban como parte de las
enseñanzas que impartíamos, al igual que la música; aprendíamos cantos infantiles cuyo contenido
era acorde con la enseñanza bíblica.
Me tocó trabajar con un grupo de niñas de 6 a 8 años, me tocó trabajar con una hermana de mediana edad que tenia experiencia enseñando. Cada grupo de niños contaba con dos maestras.Mi primer día como maestra,estuve muy atenta con respecto a la enseñanza que impartía mi compañera. La enseñanza de ese domingo trató sobre la última cena
del Señor Jesús , hace como 51 años, y me parece que fue ayer,la estrategia que utilizó tocó mi
corazón y quedó en mi vida. Ella usó unos vasitos muy pequeños, y, trocitos de galletas; después
de explicar sobre la tradición hebrea con respecto a la celebración de la cena pascual, trajo la
enseñanza a nuestros días. Luego nos dio a cada una un vasito con fresco de uva y la galletica, no
sin antes haber orado. Las niñas con una gran solemnidad participaron, y algunas hasta dejaron
escapar una lagrimita. Dios mio; esa enseñanza ha permanecido como parte de mi vida y también me llevó a reconocer la importancia de la enseñanza bíblica. Desde ese momento, cada libro
pedagógico que caia en mis manos, era leído con gran avidez, pero para mi no era suficiente. El
sentir de mi corazón era como un fuego encendido que me pedía mas y mas leña.
Así transcurrió un año enseñando inclusive los sábados dando clases bíblicas en diferentes barrios de
Caracas. Bien,un sábado, a las 8pm, justo cuando orábamos para dar comienzo a nuestra clase para
maestros,estando en el piso superior de la iglesia, de pronto, sentimos un movimiento muy fuerte
debajo de nuestros pies, al terminar la oración corrimos hacia la platabanda, y recuerdo que vi
como si el cielo se abria y se cerraba juntando las nubes, era un terremoto¡¡¡¡ Nos arrodillamos agarrados de las manos y oramos,estábamos emocionados pues eran señales de la futura venida
de Cristo.
Bien, después que todo se calmó, mis hermanos que también estaban en la iglesia y yo,
nos fuimos a nuestra casa. Después de este acontecimiento,todo cambió para mi; tuve muchos
sueños los cuales compartí con una joven líder de la iglesia, la cual me dijo: Dios te llama,
prepárate,ve al seminario, habla con el pastor. Así lo hice;el pastor y la directiva de la iglesia me
dieron palabras de aliento, y, que si tenia medios para ir al seminario, me daban el visto bueno. No
podían hacer mas, puesto que la iglesia tenia ya, cuatro jóvenes becados. Al llegar a la casa toda
emocionada le comuniqué a mis padres lo que me dijeron los directivos de la iglesia,y que como
me brindarían apoyo moral, yo iba a trabajar y reunir el dinero para ir a estudiar.Mi hermano Jhonny, un año mayor que yo,me dijo:
- Ve, yo te pago todo
Así fue,desde julio a septiembre que comenzaban las clases, era como si un torbellino estuviera pasando por mi casa:comprar maletas,sacar cédula, constancia de estudios,uniformes, etc. Al fin , el 13 de septiembre, junto con los otros estudiantes, viajé a la ciudad de Barquisimeto en el Edo. Lara, donde por tres años en el IBC (Instituto Bíblico Central) de las Asambleas de Dios de Venezuela disfruté aprendiendo y compartiendo con profesores y condiscípulos.
Fue una época de mi vida super, super bella. Al graduarme y salir de allí, no sólo he enseñado a niños sino también jóvenes y adultos, pero aún sigo leyendo, estudiando, y aprendiendo para seguir compartiendo y así guiar a mas niños y
personas que quieran saber mas de las enseñanzas de Jesús.
¿ Saben? Disfruto enseñando,porque aprendo de mis alumnos, es bonito ese compartir, pero más que todo, me emociona enseñar niños y verlos crecer no sólo en estatura, sino, como crecía el Señor Jesús: en conocimiento y
gracia para con Dios.