Cuando dos personas se casan, hacen la promesa ante dios de permanecer unidas “En lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad y hasta que la muerte las separe”. Ese matrimonio por supuesto si es realizado bajo las leyes de la iglesia de acuerdo a lo establecido por Jesús en la Biblia, nada ni nadie los puede separar, ni validar o autorizar esa separación.

Esa pareja forma una familia a la cual se incorporan, haciendo que aumente en número los hijos procreados en esa union. Si esa familia se rige por las leyes de la iglesia será una familia feliz y solo la muerte de uno de los esposos podrá poner fin a esa unión conyugal, nada más.