"Concurso Cervantes: 3ª Entrega"

neof2017 (47)in #spanish • 7 years ago

Viernes por la noche, no ha dejado de llover en todo el día, como nunca el trabajo estuvo pesado, no veía la hora de salir de esas cuatros paredes. Al caminar hacia la parada, todo está solo y oscuro, el frio es más denso de lo normal, siento miedo, me invade una sensación distinta a la de otros días, mejor evito pensar y trato de abrigarme como puedo, sin dejar de observa cada milímetro del espacio que me rodea. Al cruzar la calle veo las luces del transporte, apresuro el paso, para no dejarlo pasar, logro montarme, y va casi vacío, miro a las pocas personas dentro y me siento sola, del lado de la ventana para ir viendo todo el trayecto, hasta poder llegar a mi casa.

Después de rodar un trecho, el autobús se detiene, en otra parada, sube un hombre a medio vestir, con gorra, es difícil poder interpretarlo, no se puede ver bien su cara, solo resalta una serie de tatuajes, que parecen más la propia vestimenta que adornos, tiene tantos, que es imposible contarlos, inmediatamente volteo la mirada, y pido en silencio que no me mire, que se aleje de mi este sentimiento de miedo que me embarga, pero pensar así fue como atraerlo, se sienta a mi lado, no sé qué hacer, más que quedarme pegada al asiento como una estatua, inmóvil, solo respirando de forma acelerada.

Para ser sincera creo que se dio cuenta de lo que pensaba, hasta podría decir que parecía ofendido, digo yo que sin motivo, ¿por qué? alguien así podría estar ofendido, no es mi culpa, que él tenga esa apariencia. Como el pudo me miro fríamente y se cambio de puesto, la verdad es que sentí alivio, pero a medias, por que seguía en el mismo transporte que yo, y no sé por qué, pero no dejaba de sentirme extraña, como si algo me esperaba. Mejor seguía perdiendo mis pensamientos por la ventana.

Otra parada más abajo, el autobús se vuelve a detener, que nervios, pero ahora sube un hombre bien vestido, con chaqueta, su cara se veía completa, se veía inquieto y mojado por la lluvia, pero aun así hasta olía bien, su aspecto me hizo sentir más tranquila, y se sienta a mi lado, creo que me dio calma, deje de pensar tanto y disfrutar el trayecto a mi casa.

Cuando falta poco para llegar a mi destino, alguien se levanta y con voz gruesa y alta dice, todo el mundo tranquilo, que esto es un atraco, denme todo lo que tiene y nadie saldrá herido, colaboren y no me hagan molestar, que no quiero llegar a los extremos. Al escuchar eso no pueden imaginar todo lo que paso por mi cabeza, sentí una corriente increíble por todo mi cuerpo, que susto tan grande, solo quería arrancar a llorar. Y para mayor sorpresa adivinen quien era el ladrón, pues si, el mismo, el hombre que estaba bien vestido, el que olía hasta rico, me quería morir.

Llegue a mi casa,Viva Gracias a Dios las cosas no pasaron a mayor, pero también llegue robada, triste, deprimida y muy mal, mal por haber juzgado a una persona por su apariencia, pensé que una persona mal arreglada, con tatuajes me iba a robar, hasta feo lo mire, pobre hombre, y más pobre yo en conceptos. No dejemos que la apariencia, defina a la persona. No juzgues sin conocer.

Nota: es una historia de mi imaginación, y que no solo se puede llevar a cabo en un medio de transporte, puede ser en una clínica, en la calle, en una tienda o en cualquier lugar. También no solo puede ser una persona tatuada, puede ser todo, hay tantos prejuicios, que para que detallarlos.

Espero les haya gustado.