Un Regalo de Amor. Relato

Miguel vivía a unas horas de ciudad, en un pequeño pueblo llamado Concepción, allí la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la siembra de hortalizas y ganadería. Pero Miguel soñaba con hacer algo diferente de cultivar las tierras, como su padre y su abuelo hacían.

Miguel desde pequeño ayudó en el cultivo de las tierras, pero lo que más le gustaba era negociar las ventas de sus cosechas, con las empresas y pequeños negocios que cada año visitaban la granja para comprar sus cultivos. Él a diferencia de su padre y abuelo era un negociador hábil, y feroz que siempre lograba los mejores precios de venta en el pueblo.

Miguel fue criado por su abuela paterna Carmen, cuando su madre murió al poco tiempo de nacer; como consecuencia de una infección que sufrió en el parto. Su abuela suplió el papel de a su madre, y para Miguel era su mundo. Su “nana”, como solía llamarla, fue la mujer que le enseño a soñar, y a trabajar duro para alcanzar sus sueños y metas.

Su abuela Carmen poseía un camafeo que era su más preciado tesoro, había pasado de generación en generación por las manos de todas las mujeres de la familia, pero Carmen solo tuvo un hijo, el padre de Miguel y él solo tuvo a Miguel. Carmen sabía que, para su nieto el camafeo solo sería una joya común y corriente, pero el verdadero valor de la joya seria venderlo y con el dinero hacer realidad el sueño de Miguel.

Miguel siempre soñó con poseer un negocio en el mercado de la ciudad, y a pesar de haber ahorrado durante años, los alquileres en la ciudad eran costosos, y aún estaba lejos de tener el dinero suficiente para abrir el local, pero a pesar de todas las dificultades, él no se desanimaba.

Un día al cumplir 20 años, su abuela le dio una cajita envuelta en un hermoso pañuelo rojo y blanco de seda, al verlo Miguel se emocionó por el detalle de su abuela, y comenzó a desenvolver la cajita, y cuando Miguel vio el camafeo de su abuela, al principio no entendió el porqué del regalo, él sabia que el camafeo era el tesoro de su abuela.

Miguel le dijo a su abuela, “no puedo aceptar este regalo, nana. Sé lo que significa para ti”. Su abuela se acercó a él, lo abrazo, y le respondió: “Mijo estoy vieja, y pronto me iré con mis ancestros, esta joya tendrá más valor si puede ayudarte hacer tus sueños realidad, véndela y abre la tienda que tanto anhelas". Con lagrimas en los ojos Miguel besó a su abuela y le prometió que su tienda sería la más exitosa del mercado, que la llenaría de orgullo.

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Miguel vendió la joya y con el dinero que tenía ahorrado, finalmente inauguró la tienda de hortalizas “La Nana”. Con el pasar de los años y el trabajo duro de Miguel, la tienda fue creciendo y se convirtió en el negocio más grande, y exitoso del mercado.

Miguel jamás olvidó sus humildes comienzos, y ayudó a muchos jóvenes de su pueblo, con pequeños prestamos para que hicieran realidad sus sueños.

Miguel durante años, siendo ya un hombre rico, rastreó y localizó el camafeo que perteneciera a su familia. Lo compró de nuevo, y a pesar que su abuela, hacía años que había fallecido, al pie de su tumba le dijo: “Gracias por ayudarme hacer mi sueño realidad, recuperé el camafeo de la familia, y te prometo que se lo daré a mi hija cuando crezca, para que ella siga la tradición de las mujeres de la familia”.