Hmmm... qué cosa liberadora ¿no?. Me refiero a ser conscientes de que somos manipulados por gente que sabe exactamente lo que quiere y trata de que gastemos nuestras vidas, tiempo y escaso dinerito en mantener el ciclo de gastar[nos].
No dejo de pensar en el daño que esta tergiversación de la capacidad de elegir le hace a nuestros bolsillos, los cuales nunca estan "suficientemente llenos", a nuestras mentes porque nos aliena y domestica como a corderos; cuyo destino final está en el matadero y a nuestras espectativas, porque, "yo sería feliz si tuviera...". ¡Por todos los cielos! "...me contaba como le era difícil mantener a su familia debido a que el dinero no le alcanzaba hasta el fin de cada mes. Mi amigo me decía esto justo mientras compraba 6 hamburguesas para llevar a su casa."
Para él la necesidad estaba vestida de 6 hamburguesas, para un amigo mío, era celebrar los 15 de su hija (en medio de esta crisis) para algunos que escucho, es comprar un kg de azúcar; al precio que le pongan, porque tiene niños pequeños (ojo que el azúcar y la infancia no son la mejor combinación y si la dejas de comprar se la tendrán que comer o vender al precio real, grandisímo #%&%#&) para otro será un Iphone 10.000, o el reloj, el restaurante, el ir al concierto tal, etc. Puede ser desde la cosa más cotidiana a la más rebuscada (te has fijado que hay gente pagando miles de dólares por irse al espacio, o las joyas en los juguetes de la hija de Beyoncé… ¡togggwwwnnn!)
El punto es que solo vemos el incentivo que parece tan cercano si corremos un poco más deprisa, como esas lindas ratitas en sus peceras. Por cierto que las ratas se ejercitan de este modo, con todos los beneficios que puede aportarles el cardio... mientras que a los que estamos (o eso nos gusta creer) en la cúspide de la cadena alimentaria/evolutiva (como prefieras, da igual) nos pasa exactamente lo contrario, digo, el no alcanzar y a veces alcanzar ese preciado bocadito, tan cercano de nuestra rueda; nos trae frustración, estrés, problemas cardiovasculares, emocionales, familiares y pare de sufrir, perdón de contar. Por cierto: también ha sido terapéutico escribir todo esto.