EL DESPERTAR DE UN ASESINO (parte 2)
El hombre termina de torturar a la rubia; se cansa de ella. Por alguna razón que no entiendo, se cambia los guantes. Podría ser que no le gusta usar los mismos, cada vez que va a encargarse de alguna de sus víctimas, y esto lo puedo observar debido a que, poco después, se fija en la siguiente chica. Limpia sus herramientas, las devuelve a su sitio y luego toma una cuchara. Sus ojos están fijos en ella, hambrientos, codiciosos. Se va acercando poco a poco, aparentemente saboreando el miedo que seguro se expande por el cuerpo de la temblorosa mujer, quien trata de soltarse, desesperada. La pobre cae al piso junto con la silla.
El hombre la levanta, tira de su cabello con vehemencia, acaricia su rostro como a una amante, y luego se pone a sus espaldas. Tras sujetar su cabeza fuertemente, pasa la cuchara por su cuello, como si quisiese degollarla, en total éxtasis.
Un demente desquiciado, pienso, Si tan solo pudiera soltarme y ayudar a esa pobre chica. Ella gime, se retuerce, mientras el criminal le introduce un paño en la boca para que se calle.
El asesino inserta la cuchara en el ojo de la chica muy lento, como para qué la victima sufriera, pues el asesino solo disfruta del dolor de su víctima, sin duda se trata de un demente no es humano, que horror que hice para merecer esto, “porque estoy aquí, porque”. El asesino sigue introduciendo la cuchara en el ojo de la chica, ella desesperada se mueve todos lados pero él la tiene inmóvil con su brazo y cuerpo, no hay manera de hacer algo estamos solas, en ese preciso momento salpica de su rostro mucha sangre a todas direcciones, cayendo en mi rostro, que asqueroso pude sentirlo en mi boca al derramarse por mi mejillas y terminar en mis labios, la chica queda de lado débil por derramar tanta sangre y el asesino se queda con el ojo de la víctima y luego se dirige, a su colección, lo introduce en uno de sus recipientes de vidrio y lo cella, el asesino cambia sus guantes y su bata como si se tratara de una operación para cada paciente.
Ahora ha llegado el momento, este es mi fin, es mi turno, no puedo imaginarme, lo terrible y sádicamente que me ara, trato de soltarme pero no logro hacer mucho, aun que siento la soga un poco suelta, pero no logro zafar mis manos. “Ese tipo repugnante se acerca hacia mí”, siento un odio tan infinito quisiera poder vengarme de lo que a echo a esas muchachas, incrustar ese cuchillo que está en la mesa justo a su corazón, pero lástima que estoy amarrada. El asesino se queda justo frente de mi, mirándome como maquinando de lo que piensa hacerme, en ese momento me quedo mirando su rostro y veo sus ojos verdes, podía notar esa inocencia, se veía tierno, una mirada inocente, luego me mira fijamente y regresa ese odio diabólico, desquiciado. Y sigue mirándome, una mirada de satisfacción, no logro entender nada, “que pasa”. El se dirige hacia la mesa y empieza a buscar algo, mientras yo agito desenfrenadamente mis manos tratando de liberarme, cuando de pronto la soga se afloja más, pudiendo tener mis manos libre, sin darse cuenta el asesino desato mis pies. Miro a todas direcciones en busca de algo un arma, algo para defenderme, pero el asesino voltea a verme y me atrapa, me empuja hacia la mesa, me acorrala encima de mí.
Manoteo a todos lados a ver qué logro agarrar y siento el cuchillo que estaba en la mesa, lo sujeto y penetro su pecho, justo en su corazón, y sigo apuñalándolo sin parar una y otra vez, el cuerpo del asesino cae al suelo, y me balanceo encima de él y sigo una y otra vez apuñalando su pecho sin parar, mi ira me consumía, me sentía bien, me sentía feliz, esto me gusta la sangre salía cada vez más, me gusta, sigo con mi sanguinaria acción se siente bien, siento como mi cuerpo se relaja, sentir el cuchillo atravesar el cuerpo tibio de una víctima fresca, es lo más hermosos que me ha pasado, “me encanta”, pero lo más extraordinario es sentir la sangre salir del cuerpo al sacar el cuchillo, no sé por qué no sentí eso antes, que estupendo me siento, de pronto alguien me sujeta de la mano cuando iba, a introducir una vez más el cuchillo, al cuerpo del asesino, cuando otro hombre me sorprende por detrás y me mira con una cara de felicidad, veo esa mirada que me seduce, esa mirada tan hermosa y tierna, esa mirada me atrapa y él lo sabe, sin pensarlo me besa, siento por primera vez tocar los labios de un hombre, es lo más sensacional que he sentido, somos del uno para el otro.
Quedan dos chicas, es hora de probar mis nuevas locuras y demencias, desahogar este odio que siento, quiero desmembrar esta chica, empezare por cortarle la lengua, “no mejor no”, me gustaría sacar su corazón, me acerco con una navaja de cierra, que lindo ella llora mucho, desesperadamente.
Pero mi acompañante la sujeta y yo empiezo a desgarrar su piel con mi cuchillo, hasta abrir un agujeró podía notar su corazón salir y la sangre correr, por la palma de mi mano, como si de un rió se tratase, mi cuerpo se sentía tan lleno de adrenalina y satisfacción, que tome su corazón y al verlo tan fresco, lo mordí y pude cortar un trozo crudo para comérmelo, podría notar la sangre derramarse por mis labios y mi boca, “deliciosa”.
Pero sigo sacando sus órganos, es estupendo sentir la sangre correr y el cuerpo sentir como muere hasta quedar sin vida, mi amante ansioso por satisfacerse, termina de desnudar el cuerpo, lo coloca arriba de una mesa, abre sus piernas y comienza a violarla, mientras yo voy cortando el resto del cuerpo, saque sus ojos, y su lengua. Pero me aburrí, quería otra víctima y noto que esta otra chica y decido probar algo nuevo mi mente y deseos se tornan oscuros con una sed se sentir sangre y adrenalina al tenerla…
disculpen lo tarde, estuve enfermo y no pude traer con tiempo la segunda parte. espero les guste
la muchacha que fue secuestrada a terminado peor que un asesino. que mal verdad no se esperaban eso o si??