El Fruto del Espíritu.
Comunidad de @steemit en español, en tiempos dificiles es importante que revisemos los frutos de nuestro espiritu, hoy quiero compartir con uds. ciertas citas biblicas que nos hablan sobre los frutos del espiritu.
El Fruto del Espíritu no proviene de algo natural que está en nosotros, sino de la nueva vida que el Espíritu Santo produce en nosotros y a través de su presencia constante en nosotros.
"El fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio, la ley no está en contra de estas cosas". (Gálatas 5, 22-23)
Cuando la rama de la vid "lleva" el racimo de uvas, el cristiano "lleva" estos caracteres por el Espíritu; El fruto es visto como el resultado directo de la vida de Cristo en el cristiano (Juan 15: 1-8).
El "fruto" del Espíritu no está escrito en plural (frutos) como lo son las "obras" de la carne. Esto nos muestra una fruta única; La imagen más representativa de esta fruta es el "racimo de uvas", una fruta única compuesta de varios granos, cada vez que evocada será solo una parte de este conjunto.
La palabra fruta se asocia con el órgano de la planta que sucede a la flor y protege la semilla; alimentos dulces por un árbol; y en el sentido figurado, es el resultado, el beneficio, el propósito, lo que significa que está cosechando el fruto de su trabajo.
En el relato bíblico de la creación, como fruto, como portador de semillas y como alimento, tiene dos objetivos:
- Transmitir la vida y difundirla: "Dios dice: Que la tierra produzca [...] árboles frutales que fructifiquen según su especie y tengan su semilla en ellos". (Gen 1.11) La fruta protege las semillas y luego las esparce.
En un sentido figurado, estas semillas de la vida, así como sembradas en toda la tierra, evocando el resultado de la obra del Espíritu: primero producir cuando está en forma (sopla "donde quiere") una convicción de pecado que debe aceptar la Salvación en Jesucristo (Juan 16: 8). El espíritu de la vida eterna (Juan 3.5: 6.63).
- Mantener, fortalecer la vida. Adán, una vez escuchó la voz de Dios: "Puedes ver el fruto de todos los árboles en el jardín" (Gen 2.16) y, desde entonces, el hombre ha estado comiendo todos los deliciosos frutos que se apagan y son libres de energía. De todas estas frutas sin una carencia de vitamina C, un alimento esencial para nuestra salud. Las frutas no solo se mantienen en la vida del hombre. Variedad en sabor, consistencia, color, tamaño, etc.
De la misma manera, la vida del hombre interior debe ser renovada: "Si vivimos por el Espíritu, también caminamos de acuerdo con el Espíritu". (Gal 5,25)
La expresión "el fruto del espíritu" está relacionada con el significado figurativo de la palabra fruto (resultado, beneficio, propósito).
La acción del espíritu en el creyente, por lo tanto, tiene como "propósito" los nueve personajes enumerados en Gálatas 5.22: AMOR, ALEGRÍA, PAZ, PACIENCIA, AMABILIDAD, BENEVOLENCIA, FIDELIDAD, GENTILEZA Y AUTO-CONTROL.
El fruto del Espíritu es diferente de los dones del Espíritu, que se da a diferentes cristianos a veces elegidos por Dios (1 Corintios 12: 7-11).
Pero estos personajes no se "desgastan" automáticamente. En el árbol, las condiciones son necesarias para que el Señor les diga a sus discípulos: "El que permanece en mí y en quien yo muero, produce muchos frutos" (Juan 15.5).
La fragilidad de algunos frutos también puede evocar la fragilidad de nuestra relación con Dios. "No entristezcan al Espíritu Santo" (Pablo Ef. 4.30). "No extingáis el espíritu". (1 Tesalonicenses 5.19)
Una fruta necesita tiempo para madurar. Diminuto al principio, se desarrolla, crece lentamente y madura, gracias a los nutrientes que trae la energía y los rayos solares.
De la misma manera, el término "fruto" evoca una acción progresiva de Dios en nosotros. Dios nos hace caminar paso a paso, progreso tras progreso. "El camino de los justos es como la luz brillante, cuyo brillo aumenta hasta la mitad del día". (Pr 4.18)
El fruto del espíritu puede dar la impresión de que ha alcanzado la madurez. Cuando llega la prueba, cuando tenemos prisa, tenemos el fruto del Espíritu.
Cuando vemos los frutos en un árbol o en un puesto en el mercado, nos sentimos atraídos por ellos. Fue la experiencia de Salomón: "Lo que atrae a un hombre es su amabilidad". (Pr 19.22, Darby) El fruto del espíritu que no podemos llevar a cabo no solo nos hará bien, sino que también será beneficioso para nuestros seres queridos.
Cuidemos los frutos de nuestro espiritu!