En un post anterior, mis estimados amigos, hacía mención de cómo en algunas obras contemporáneas de la literatura venezolana se estaba tratando o abordando la historia de nuestro país, Venezuela. Hoy quiero traer otra novela que aborda esta temática, pero esta tiene una particularidad y es que en ningún momento se dice que los hechos narrados ocurran en Venezuela y es el lector, a través de la lectura y de los acontecimientos narrados, el que puede llegar a esta conclusión. No les adelanto más y comencemos:

[Fuente: archivo personal]

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Nocturama (2006) es una novela de la escritora venezolana Ana Teresa Torres y es una obra que podría insertarse dentro de lo que se conoce como una novela distópica, en donde una ciudad caótica y violenta es el contexto para el relato de una historia primera, la de un personaje llamado Ulises Zero, que se encuentra amnésico y debe pasar por una serie de vicisitudes en pos de recuperar esa memoria perdida. Hay otra historia paralela, narrada por Aspern, uno de los tres narradores de la novela, que consiste en la historia de un pueblo llamado Nocturama, el cual ha perdido su pasado y debe igualmente rescatarlo o construirlo.

Estas dos historias jamás se cruzan, pero podemos ver que hay muchas similitudes entre ellas. En la primera jamás se nos dice el nombre de la ciudad, pero por algunos acontecimientos, podemos intuir que es una ciudad de Venezuela en un futuro. Esta historia es bien interesante, pero nosotros hoy nos vamos a quedar con la segunda historia que se desarrolla y que le da título a esta novela: la historia de Nocturama.

Nocturama era un pueblo que vivía de los conejos y de la coliflor. Era un pueblo aparentemente tranquilo, pero que luego empezó a tener problemas cuando se creó en ellos la necesidad de historia y de pasado, ya que habían perdido la historia de su creación, parte de la memoria: “Ocurrió que, sin poder determinarse la causa, insidiosamente surgió en ellos un ansia de historia que los atormentaba” (p.34). Efectivamente, los seres humanos somos en la medida de nuestras historias, pero en algunos casos, esas historias son una carga pesada que llevamos como estandarte o bandera, y consideramos que debemos honrarlas por encima de cualquier cosa. Cuando sentimos que hemos perdido parte de ese pasado que nos nombra, podemos creernos huérfanos y es cuando empezamos a buscarlo y en el peor de los caso, a crearlo.

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Encontramos, entonces, que Nocturama, por ese olvido, por la falta de memoria, no solo busca el pasado, sino que empieza a inventarlo. Los pueblos pueden caer en errores fundamentales, funcionales y fundacionales debido a esto. Veamos el caso de Nocturama.

Una gesta emancipadora requería de un nombre, mejor dicho, de un hombre… Las mujeres sentían también una ausencia intolerable cuando acudían a las plazas para acompañar a sus hijos mientras jugaban y ellas conversaban de sus asuntos. La plaza central de Nocturama era hermosa, limpia, bien trazada y armoniosa, pero sin nombre. Se referían a ella como la plaza… Nocturama tiene muchas plazas, todas se parecen. Solo el nombre de un héroe las hará distintas. (34-35)

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Los habitantes de Nocturama habían perdido su pasado por desconocimiento o a propósito, y requerían una historia, un héroe, que les diera sentido a las plazas, al pueblo, a sus vidas. Esta necesidad de tener una figura endiosada, de una u otra forma le quita a ellos la responsabilidad de su destino porque todo éste cae en las manos de este ser superior. Entonces llegan rumores de que el héroe está en camino:

En poco tiempo, decía el joven que le habían dicho los alpinistas, el héroe sin estatua llegaría para proponer a los nocturanos convertirse en su héroe histórico. (74)

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Como pueden ver, es bien significativo el nombre de “héroe sin estatua”, ya que nos da la idea de que eso es lo que busca este o cualquier héroe: su estatua. ¿Y cuál puede ser la simbología de las estatuas?, pues sencillamente es la imagen o representación que invita a la adoración, glorificación; en pocas palabras, ser importante para los otros. Éste, al no tenerla, pues debe buscar la forma de adquirirla y qué mejor manera que la de llegar a un pueblo con sed de héroes. Luego de mucha espera, al fin llega:

En realidad era un hombre normal, no tenía ningún rasgo que lo diferenciara de modo llamativo; de estatura mediana, facciones regulares, un hombre de aspecto ordinario. (74-75)

Normalmente cuando hablamos de héroes o dioses, creemos que estos deben tener características extraordinarias y fuera de lo común. En este caso vemos que no es así y que el hombre que ha llegado a Nocturama carece de cualquier atributo que lo haga superior a los otros. Sin embargo, como habían estado mucho tiempo deseando la llegada del héroe, la celebración y el acogimiento no se hicieron esperar:

Todo Nocturama se volcó a la calle y aguantó bajo la helada el primer discurso del héroe sin estatua… Fue una larga pieza llena de circunloquios y citas alusivas a la historia nocturana la que escucharon pasmados mientras el frío resbalaba por los abrigos y los gorros con que se protegían de la inclemencia. (75)

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Como habrán leído, esta va a ser una de las más llamativas características de este héroe: la verbosidad. Sus largos y elocuentes discurso harán no solo que los nocturanos pasen largo tiempo en las plazas, sino también va a crear con sus palabras enemistades jamás vistas en el pueblo:

El espionaje, hasta entonces desconocido entre ellos, comenzó a hacer estragos todos se vigilaban unos a otros, pues nadie sabía en dónde se escondía el héroe sin estatua. (76)

Así mismo, el respeto que hasta el momento se habían tenido unos a otros, especialmente hacia los ancianos del pueblo, va a desaparecer, lo que traerá graves consecuencias para la convivencia entre ellos:

En una oportunidad un joven jugador de pool, exaltado por la bebida, encaró a los mayores llamándolos traidores a la patria nocturana…Uno de los ancianos imprecados, que también habían bebido lo suyo, pretendió arrogarse la verdad diciendo que el héroe era un ignorante que nada sabía de su origen, mientras que él era un auténtico descendiente de los antiguos dioranos. (77)

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La enemistad surgió entre los nocturanos, un pueblo que hasta ese momento se había caracterizado por su cordialidad, sociabilidad y su hermandad. El héroe pasó a ser la manzana de la discordia, el motivo del enfrentamiento:

Pronto se hicieron dos bandos: los que deseaban su partida y los que se proponían establecer su residencia para siempre. (77-78)

Es así que la vida de los nocturanos empezó a girar en torno a la presencia del héroe. Solo vivían para escucharlo, para alabarlo y estar atentos a todo lo que éste hiciera. De esta forma se descuidaron las plantaciones de alimentos y Nocturama empezó a sufrir grandes sequías y necesidades:

El pueblo entero estaba desmejorado, flaco, sin fuerza y ánimo para la lucha por la supervivencia. No podían impedirlo. Nadie quería acostarse a dormir sin esperar al héroe y escuchar su discurso, el cual, la mayor parte de las veces, era incomprensible, pero aun así los llenaba de esperanza y les infundía el placer de vivir…Moriremos de hambre pero nuestra historia será ejemplo de los pueblos (78)

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Los nocturamos expresaban de manera contundente y sacrificada que veían en el héroe la salvación. No les importaba la carestía que invadía el pueblo, para ellos la figura del héroe, su legado, pasó a ocupar una parte fundamental, si no la única, en sus vidas. La escasez de alimentos se hizo tan palpable que se tuvieron que tomar medidas extrema:

Se repartieron libretas de consumo de modo tal que todas las familias recibieran lo indispensable, sin que esta medida solucionara la crisis. (79)

Como nos podemos dar cuenta, hasta este momento son muchas las calamidades que han surgido en Nocturama no solo por culpa del héroe sino por la conducta ciega de algunos nocturanos, quienes mantienen la idea de adorar al héroe hasta el límite y el fanatismo. Algunos nocturanos, ofuscados, mantienen su posición de solidaridad con el héroe, pero otros, al no ver que haya salida inmediata, empiezan a huir:

Sin embargo, ante la penuria que se había desatado, los jóvenes decidieron escapar. Se aventuraron a cruzar la montaña y buscaban su futuro en otra parte. No es posible esperar tanto tiempo, se decían. Nocturama se ha empobrecido de tal manera que en unos años todos habremos muerto. (103)

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El hecho de que muchos de los jóvenes se fueran de Nocturama trajo como consecuencia inmediata que el pueblo se convirtiera en un pueblo de ancianos y sin mucho futuro. También, el que los nocturanos dejaran el país en ese momento se empezó a considerar como una afrenta, un acto de deshonor y cobardía para algunos:

Aunque los padres ocultaban el éxodo de sus hijos para no ser considerados como traidores a la patria nocturana e inventaban excusas para justificar su ausencia en el trabajo, el bar o la plaza, era sabido que en casi todas las familias faltaba algún miembro.(104)

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El éxodo de nocturanos jóvenes se convirtió en un problema para el pueblo, ya que no había personas que trabajaran, que velaran por los intereses de las familias. Fue así que los padres se sintieron desprovistos de fuerzas y esperanzas, y empezaron a darse cuenta del error que habían cometido con el héroe, pero ya era demasiado tarde:

En la oscuridad los habitantes de Nocturama se refugiaron en sus hogares a padecer su ruina…Mientras tanto la oscuridad avanzaba sin pausa. Cada vez los días eran más cortos y las noches más largas, apenas si la claridad solar duraba dos horas. (185-186)

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Ya para este momento, el pueblo de Nocturama ha descubierto, demasiado tarde, el daño que ha causado el héroe sin estatua, pero la debacle y la oscuridad es inminente y no pueden hacer nada para salvarse. La desazón que se vierte sobre el pueblo se traduce en parálisis, inercia. Entonces quisieron juzgar al héroe de todo el mal que había hecho:

Cuando los señores del Consejo de Gobierno pretendieron juzgarlo y condenarlo por los males que les había producido, nadie pudo encontrarlo. De la misma manera imprevista en que llegó, había desaparecido. (187)

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Se palpa al final de la historia el sentido arraigado de mesianismo que invade algunos pueblos, de la permanente búsqueda de una identidad que los haga superiores, de la espera de alguien que nos rescate de nuestra propia existencia. También, se siente la capacidad sobrevalorada de aguante, de sacrificio, mártires que hacen todo por la patria, por la tierra que los vio nacer y en esa conducta quieren ser ellos los héroes, los inmolados:

Quienes pudieron huir lo hicieron, los demás permanecieron en sus casas de piedra, sentados frente a las estrechas ventanas de balcones oxidados escuchando llover sobre los tejados de pizarra y mirando la luz de la nieve en las cimas de las montañas. (188)

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De esta manera concluye Nocturama, la historia de un pueblo que por no tener memoria, por estar descontento con lo que tenía, buscó un héroe que lo salvara y le diera la felicidad infinita que ellos creían merecer. El héroe más que gloria, les trajo oscuridad, miseria. Sus largos y elocuentes discursos fueron cantos de sirenas que al final cegaron a todo un pueblo.
La idea de este post no es que nos miremos en este espejo, la idea es romperlo, cambiarlo. Si no lo hacemos pronto, Venezuela se convertirá en un país oscuro y lleno de sombras. ¡Qué Dios nos libre de ese final!

GRACIAS POR SU AMABLE LECTURA Y HASTA UN PRÓXIMO POST