Concurso Cervantes: 2ª Entrega
26 de Abril de 1937
Un dia cualquiera en esta pequeña ciudad, situada a 10 m de altitud, en la comarca de Busturialdea, en el valle del río Oka, a orillas de la ría de Guernica, que limita al Norte con Forua, Cortézubi, Arrazua y Navarniz, al Sur con Múgica, al Este con Ajánguiz, y al Oeste: Rigoitia, si les hablo de mi pequeña villa Guernica.
Estábamos en la granja de la familia como siempre mi queridisimo abuelo, mi tía, mi tío, mi padre, mi madre, mi hermanito menor (1 año) y yo.
Un grupo familiar numeroso, pero muy unido, y eso sin contar a nuestras mascotas mi toro Evaristo y mi caballo Andaluz, sé que no son los animales más indicados para tenerlos de mascota, pero tiene un gran significado en la familia pues fueron los primeros en llegar a casa y desde muy pequeños los tenemos, así que los vimos crecer, aquí tenemos otros animales, pero para nosotros son solo eso “animales”
Mi tía es hermana de mi madre y vive aquí con su esposo, ellos no han podido tener hijos, así que mi hermanito Carlos no solo vino a iluminar nuestros días si no también el de ellos.
Bueno... ya le hable mucho acerca de mi familia, es hora de continuar con ese...día.
La mañana transcurría completamente “normal”, considerando que estábamos en plena Guerra Civil Española, una época de mucha tensión y sentimientos de angustia por no saber que nos disponía el día de mañana, cualquier cosa podía suceder.
Pasada las 12 del mediodía, nos disponíamos a comer, mi madre hizo una deliciosa pasta con una salsa exquisita, secreto de la familia según ella, pero que solo ella sabía hacer. Durante el almuerzo, tocamos temas triviales tanto como sea posible, pues ya teníamos suficiente con los acontecimientos que aquejaban mi nación. Luego de comer, me dispuse a ayudar a mi madre con la losa.
Al terminar mis labores del hogar, cuando pude darme cuenta ya faltaban 10 minutos para las 3, ya estábamos todos reunidos y decidimos compartir en familia y distraernos un poco, pues el sonido de los aviones al pasar era agobiante, me retumbaba en la cabeza una y otra vez.
Allí estuvimos todos reunidos, y faltando 10 minutos para las 6, ya el sonido de los aviones era insostenible y escuchamos una detonación muy fuerte, tan fuerte que nos tiro a todos al suelo, como pudimos corrimos a resguardarnos, y los instantes siguientes fueron los peores momentos de mi vida.
Pero ahora no son momentos, son recuerdos…
Una segunda detonación irrumpió mi hogar, y fue peor de lo que imagine, en mi cabeza esta perenne esa imagen, que pagaría todo el dinero del mundo por olvidarla, mi madre fallece con mi hermano en brazos mirando al cielo, el no dejaba de llorar, mi tío en el suelo sin poder respirar y con un brazo fuera de su lugar, mi tía ardiendo en llamas pidiendo auxilio con gritos de dolor y desespero, mi padre inmóvil con una pierna atrapada con un estante de madera muy grande aproximadamente de dos metros de alto y tan macizo como un roble que estaba en la casa, al único que no recuerdo es a mi abuelo, ¿por qué?, lo desconozco, de hecho sus restos nunca fueron encontrados
Las personas suelen decir que lo mío fue un milagro, pero yo difiero de ello, no le veo nada milagroso a pasar tus días con recuerdos amargos que te carcomen el alma y roban tu espíritu, haciéndome sentir tan vacía como un jarrón recién construido, y esto acompañado a una silla de ruedas que me deja amarrada a este infierno llamado tierra.
Concurso patrocinado por el witness @cervantes. No te olvides de votarlo en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses