Crepúsculo como parteaguas neón

Sé de antemano que algunos no estarán de acuerdo, pero al menos me dejaran intentarlo. Lo pensarán, lo masticarán y después dirán lo que tengan que decir.   

Tomen asiento. Saquen el café, o el vino, el trago y discutamos.

Estoy hablando precisamente de Crepúsculo, la serie de libros escrita por la ya estigmatizada Stephanie Mayer, sobre  vampiros que  van al Highschool  en horario regular y que de darles la luz del sol directo brillan como si fueran teiboleras untadas de glitter corrido y apelmazado en las mañanas en los kioskos de los jugos (perdón si alguien se dedica a esa acróbatica profesión, mi única recomendación es que por favor, no usen tanto, ya que todo lo que toquen y todo por donde pasen, se ve afectado por brillos que se secaron y flotan, en el  ambiente anhelantes de nuevos cuerpos, y gracias a la estática, ahí anda una luego con demasiado brillo ajeno, dando una impresión equivocada de alegría y jovialidad cuando ni café hemos tomado).

Bien, sí, hablemos de esa serie, pero no de su contenido sino de sus repercusiones. Estaba con mi amiga con una botella de vino, hablando de tarugadas, libros, chistes, anécdotas y cosas serias  y por alguna extraña razón, gracias a un trailer que salió como anuncio entre canción y canción en mi lista de reproducción en youtube, este tema vino a colación: Nos guste o no Crepúsculo terminó siendo un hito, un referente cultural pop (de popular y de rasgos frívolos) actual.

Lo sé. La odio. Su narrativa, su historia, su contenido, su discurso; soso, cursi, frívolo, refrito, condescendiente ... Nada parece que merezca ese título. Sin embargo, después de pensarlo mucho (de que pasó su boom), para mi se título lo ostenta con obscena petulancia. 

Hay un antes y de un después de Crepúsculo. Antes los vampiros eran monstruos atractivos, manifestando mundos oscuros y grotescos. Después esta señora quiso redefinir el concepto de vampiro; la amaron, la odiaron, pero de todas formas la nombraron. Hubo series que incluso se rebelaron tratando de recalcar esos orígenes malditos, pero claro, sin hacer de lado el elemento del triángulo amoroso prohibido cursilón que tanto beneficio arrojó (como Vampire Diaries)

Después de Stephanie Mayer, hubo más vampiros que antes de ella. Los trajo de vuelta. Anne Rice lo intentó y solo quedó como una escritora de culto (pues respetaba los antiguos cánones), pero si algo nos enseñaron Edward Cullen y Isabella Nadamás es que la rebeldía tiene sus beneficios.  Mas que los que le pudiera traer Lestat, o Luis sacando  a flote el vampirismo en la sociedad haciendo una entrevista (cómo me encantó esa película... y el libro, por supuesto, pero ese lo leí después). Esta rebeldía le sacudió el polvito a las letras y las llevó de la mano rumbo a lo trendy, cuando antes eran un hobbie nerd o de alienados.

Twilight está presente en menciones de incluso gente que ni ha tenido contacto físico con los libros (o pdf), ni con las películas (situación muy poco probable, pero que he de darle el beneficio de la duda). Todo mundo conoce Twilight. Ahora con el lanzamiento del trailer de la tercera película (espero última y definitiva) de Cincuenta sombras de Gray, sale a colación.

¿Sabían que Cincuenta sombras de Gray, fue en realidad un Fan Fic de Crepúsculo?  Oh sí. La escritora E.L James, sacó su versión adulta de Twilight donde Bella (o un alter ego de la autora) se encontraba con un Edward más refinado pero pervertido (se me hace mucho más lógico que sea un empresario mega millonario que un insulso estudiante de Highschool de ochenta años, pero bueno) y se llamaba Master of the Universe. Todo esto en la platafoma Fanfiction.net. Hasta que alguien noto como es que esa historia sonaba como bolsita de monedas de oro y la compraron y la editaron. Los nombres se cambiaron y las historias se ajustaron.

Crepúsculo creció, o evolucionó. 

E. L. James, fanática acérrima de Crepúsculo, había crecido a la par que las demás lectoras de la saga que en su tiempo fueron adolescentes, y que ahora en su recién estrenada (e inexperta) vida adulta, esta  historia les vino a recubrir sus fantasías como anillo al dedo. Y las editoriales supieron aprovechar el momento. Y luego las productoras. Una cenicienta porno light con final de telenovela chafa, que, de no haber sido millonariazo el individuo en cuestión, hubiera sido solo un episodio de Law & Order SVU (exacto, es un dicho o un meme que circula año con año, cuando sale la película, y con el que estoy totalmente de acuerdo. De hecho dicen Criminal Minds, pero no creo que haya que escalar tanto en la psicopatía). 

Me pregunto ¿cómo sería la versión geriátrica de la saga?

Anne Rice también tiene su trilogía erótica (además de una vastedad de obras de su autoría), la Trilogía de la Bella Durmiente (donde la protagonista obvio, se llama Bella), mucho más explícita y más apegada al género de literatura erótica (La Historia del Ojo de Bataille y Justine del Marqués de Sade, pertenecen a este rubro), cruda e incluso se le acusa de vulgar, donde el tema de la sumisión y el sadismo no está endulcorado (y no es comedia sexy tipo Cinema Golden Choice a las 11 pm - en la era del cable- con final de cuento de hadas), que si algunos habrán oído de esta (los más pocos la habrán leído), tendrán por entendido que no ha tenido la repercusión, ni ha permeado culturalmente como  la de Cincuenta Sombras. Bueno, ni siquiera la película de la misma temática (muy recomendable por cierto), Secretary, es tan ampliamente conocida.

No son solo libros, ni películas, es todo un fenómeno del que incluso se tuvo la necesidad de hacer pláticas a mujeres sobre que los celos y el maltrato no son cosas deseables normales dentro de una relación. Todo un movimiento para descubrir el romance, la tensión sexual,  el sexo, lo cursi, en el que algunas personas se sintieron pecaminosamente liberadas, mientras otras, se sentían bastante restringidas. 

Con Twilight la gente se replanteó la tragedia shakespearana de Romeo y Julieta (que si a esas vamos prefiero la de Leonardo Di Caprio), la fantasía, el alcance y el poder de la literatura juvenil (junto con Harry Potter, claro que hay niveles en lo juvenil), pero sobretodo la avidez por esta. Antes no había buenos libros con ese márketing. 

Cuando se creía una batalla perdida, la gente encontró un libro que pedía por gusto o por recomendación de otro. Toda una generación volvió su cabeza a las letras y además de promover la lectura, reactivaron el negocio anquilosado de la librerías.

Las editoriales entendieron el poder del peer presure y le apostaron a la literatura juvenil, a la fantástica, e hizo que escritores como la mexicana Adriana Gonzalez Márquez autora de Los Dominios del Onix Negro y ahora Génesis La era de los Místicos vean la luz y lleguen a más gente. Gente con talento se abrió camino. (Podría haberles escrito de Los Juegos del Hambre, Divergente, Miss Peregrine y demás, pero esos ya están muy hablados). J.K.Rowlin  y Stephany Mayer, si no abrieron, ensancharon este nicho.

Además que invariablemente cuando dices que quieres escribir una novela te sugieren que escribas "una tipo 50 sombras, pero no de vampiritos que ya están muy quemados".

Los libros se convirtieron en un accesorio chic, que ahora es un hashtag popular en Instagram.  Los escritores se convierten en celebridades

No sé si sean los clásicos del mañana, como algunos opinan, pero sí definitivamente ganaron su lugar en la historia moderna de la literatura ¿No lo creen?

Ha formado parte de nuestro crecimiento, de nuestras pláticas, de artículos, es un referente cultural innegable y poderoso  (aun cuando sea para denotar o explicar el porqué de nuestra aversión).

Además, si no creen ¿cuantos de las hijas de sus amigos, o niñas que conozcan, se llaman Isabella, o Bella? Yo ya llevo contadas seis.

La foto es de mi autoría, y  es el Café Puerto Viejo en el área del Malecón en Puerto Peñasco.

Contenido original para @steemit de @mokamisschievous