La moraleja sería que hay que darle la vuelta al mundo, darle un giro, buscar una nueva perspectiva. Lo que ayer era una pelota, hoy puede ser una canica, una cantimplora, un amigo cabezón, la luna, el sol, una isla perdida del pacífico o un asteroide que chocará contra la tierra o un hongo mágico que te transportará a esos interiores que desconocemos. Una pelota es una pelota o lo que nosotros queramos que sea.
Me quedo con el amigo cabezón, seguro que piensa mucho y bien. Gracias por tu imaginativo comentario, buscaremos la playa bajo los adoquines.