Concurso de Microrrelatos de Ciencia Ficción #MicroCiFi256 - Semana 6 - El día que el tiempo se detuvo.

Mis queridos amigos, aficionados y fieles seguidores de los concursos de ciencia ficción, promovidos por @trenz; aquí les dejo mi producción para esta sexta semana.

Si deseas participar en este reto, en este link encontrarás la información necesaria y apresúrate porque el chance para entregar vence mañana. ¡Anímate! ¡Participa!

Espero que se diviertan al leerlo tanto como yo al escribirlo. Me tomé varios días, después de que brotó la idea, para darle  forma al cuento; en una acción cariñosa de leer, releer, cambiar palabras...En fin, reposado y disfrutado.

Sin más, ahí va mi cuento:

                                                             Fuente

El hombre  va cada vez más lejos. En el universo, más allá de las galaxias se ha expandido, hallando novedades y ampliando detalles de lo ya conocido. De la entrañas de la tierra, aparentemente nada le es desconocido. Y la nanotecnología. ¡Ay la nanotecnología! Los micro-micromundos...

 ¡Un hombre nuevo! Desde el ya arcaico exoesqueleto hasta la megamula, contrabandeando desde conciencias hasta micropasajeros ¡Me encanta! El tráfico de órganos fue casi sustituido por el de conciencias, la venta de placeres superó todas las expectativas.

¡Un hombre nuevo! Byron, reía silente en su escondite dentro del injerto cardíaco de su tosca mula, lo nuevo es la tecnología, para facilitar las operaciones ilegales. El nuevo descubrimiento que transportaba, el megabloqueador de sensores especializados en la detección de contrabando intracorporal , era todo un logro de la nano.

Una vibración muy fuerte, extraña, desalojó a Byron de su confortable rincón. El corazón lo estaba expulsado con el microinjerto donde estaba implantado y quedó a merced del torrente sanguíneo... La falla la ocasionó el peso del megabloqueador, informó el monitor.  

Error de cálculo- pensó Byron. El monitor se detuvo. El tiempo se detuvo, para Byron y su contenedor, al ser expulsados hacia el Satélite Hiberno, al cual ingresaban  los fallecidos en las rutas comerciales del espacio sideral.