Durante esta época de noviembre se celebraba en mi ciudad natal, Maracaibo, una festividad, mezcla de devoción religiosa y terrenal necesidad de diversión que emocionaba a prácticamente todos sus habitantes, llevándolos, según sus posibilidades, a adornar sus hogares, haciendo lo propio las autoridades con las calles y avenidas mientras que los espacios privados, sociales, culturales y deportivos, programaban actividades especiales para unirse al júbilo colectivo e incrementar la facturación en sus negocios.

Esta festividad llamada, Feria de la Virgen de Chiquinquirá o de La Chinita, como les agrada a los zulianos y venezolanos, en general llamar a la advocación de María, no se celebró formalmente.

¿Quién en mi ciudad podría haber pensado hace 50, 40, 30, 20,10 ó 5 años que la feria no se celebraría? Igualmente, creo que nadie en mi país podría haber imaginado la vulnerabilidad extrema con la que los venezolanos enfrentamos la tarea de satisfacer nuestras necesidades primarias de alimentación y salud, día tras día.

Buena parte de mi ejercicio profesional hoy, se desarrolla alrededor de la planificación estratégica y es evidente el reto que representa el ejercicio de visualización en las condiciones actuales del país y del mundo en general, por lo que, en esta pausa laboral de fin de semana, fluyeron los versos con los que me atrevo a conversar, en una atmósfera, un poco más distendida, con el mañana, buscando darle su justo lugar.

Fuente: Pixabay

El Mañana

No existes y me perturbas.
Te busco incesantemente,
entre acertijos y fórmulas
creando angustia en mi mente.
Sólo para descubrirte,
actuando el día de hoy,
portando como estandarte
Un irreverente Yo soy.

Inoportuno soñar
El momento de domarte.
Impertinente tocar
tu piel para amarte.
Aun así me haces creer
que tu aliento me estremece,
para doblegar mi ser
que no ve cuando amanece.

Dejando así de notar
sombra y luz en armonía.
Y, por cosecha encontrar,
Esperanza y agonía.
Por repetir los errores
que cometimos un día.
Por conseguir ser mejores
que la antigua lozanía.

Para brindarte tu esencia
Para creerte accesible
Para solventar tu ausencia
Para lograr lo imposible.
Y convertirte en presente
Y atravesar tus fronteras
Y transformarte en simiente
Y renovar las quimeras.