Uno de los estilos que suelo trabajar es el abstracto, cada vez que termino una obra con esta expresión abstracta muchos me preguntan “¿y qué es?” a lo que respondo “es lo que quieres que sea”.

¿Por qué amo lo abstracto? Por su libre expresión, puedes ver cualquier cosa que dicte tu corazón, son piezas con formas únicas que te conectan a otro mundo, te saca fuera de lo cotidiano. Como artista te enfocas en algo y esa es tu inspiración, aunque el espectador mira todo lo contrario.

Hoy quiero compartirles el primer trabajo en lienzo que realice. Hace aproximadamente dos años tuve la oportunidad de tomar algunas clases de pintura, a ver si me curaba del miedo que tenía a trabajar con ellas.

Solía siempre dibujar en blanco y negro pero no me arriesgaba a sacar de las sombras mis trabajos y darles algo de color. Mi profesor me decía que tenía el talento, que soltara mi mano porque el lienzo esperaba por mí.

Nos entregó un mini catálogo de pinturas de artistas plásticos venezolanos para inspirarnos y tener una idea. Mientras unos buscaban flores o paisajes, yo me detuve en un nido de colores, comencé a plasmar lo que mi mano tomaba de aquel nido y fue un color sobre otro tomando forma, comencé a darle un toque aquí, allá… para mí era perfecto, me levante, di una vuelta para volver a verlo con más detalle y solo faltaba el toque de gracia, algunas pinceladas rojas. Ame el resultado, un resultado con muchos significados.

¿Y tú qué ves?