Como ya he dicho antes, resulta bastante increíble la multitud de maneras en las que nuestro cuerpo puede fallar, arrojando como resultado enfermedades que parecen producto de la imaginación retorcida de H. P. Lovecraft. Seguramente todos hemos visto documentales o leído sobre patologías que deforman el cuerpo humano a niveles grotescos, dejándonos con perturbadoras imágenes que vemos cada vez que cerramos los ojos y que se quedan con nosotros durante días. La enfermedad del día de hoy será una de esas, y servirá para recordarnos que no importan lo mal que esté todo, siempre puede estar peor. Dejando de lado esta introducción tan positiva y alentadora, vamos directo al caso:

Enfermedades Raras: Teratomas

Cuando escuchamos algo relacionado con tumores, inmediatamente pensamos en cáncer, lo asociamos con una muerte inminente, y comenzamos a cocinar metanfetamina en una casa rodante para dejarle algo de dinero a nuestra familia luego de nuestra partida. Sin embargo, no todos los tumores son malignos, es decir, dañinos para nuestra salud; la mayoría de las neoplasias (nombre bonito para los tumores) son de carácter benigno, y a parte de las molestias que puede traer el tener una masa anormal de tejido en alguna parte del cuerpo, no suelen poner en peligro la vida del aquellos que las padecen. Un ejemplo de esto son los fibromas; tumores no cancerosos compuestos de fibras y tejido muscular, que suelen estar ubicados en el útero femenino, y que generalmente no producen síntomas.


Pero, el hecho de que estos tumores malignos no suelen causar daños a la salud no significa que algunos de ellos no provengan de las profundidades de Hades, de las pesadillas más inquietantes de Horacio Quiroga, o de la parte más imaginativa de la libreta de ilustraciones de Guillermo Del Toro. Hablo de un tipo de neoplasia conocida como teratoma, cuya descripción pertenece más a un video de Dross que a uno de mis artículos, pero vamos, que siempre trato de traer lo más interesante posible para ustedes, mi querida audiencia.

El nombre tiene su origen en las palabras griegas “teratos” (monstruo) y el sufijo “oma”, que denota un crecimiento tumoral. Básicamente, significa “tumor monstruoso”; no es exactamente el tipo de cosa que te gustaría descubrir en tu cuerpo. Es una neoplasia compuesta de varios tipos de tejidos, creados originalmente por células madre. Dichas células tienen la capacidad de convertirse en cualquier célula del cuerpo, y ocasionalmente generan tejidos en lugares donde no se supone que deberían estar, porque la vida es horrible, y venimos a este cruel mundo para sufrir. Los teratomas suelen contener pelo, hueso, músculos, dientes, e incluso órganos completos como ojos, corazón, pies y manos. En el año 2003 se describió un caso de una mujer japonesa de la cual se extrajo un teratoma con un torso, cabeza, y extremidades bien formados, y que tenía ojos, dientes, vísceras, huesos y un cerebro. Seguro el nombre no te parece tan sensacionalista ahora, ¿cierto?


Son comúnmente encontrados en el útero o los ovarios de la mujer, aunque también pueden localizarse en los testículos masculinos, en el tórax, abdomen, región pélvica, y en la parte encefálica del cerebro. La causa de su génesis es un desarrollo anormal de tejido embrionario creado por células madre (léase: mala suerte), y de acuerdo a su nivel de desarrollo, puede ser maduro (generalmente benignos, de crecimiento lento y tamaño entre los 5 y 45 centímetros), o inmaduro (poco frecuentes, suelen ser cancerosos). Su sintomatología depende del tipo; los pacientes con un teratoma maduro son asintomáticos en su mayoría, pero pueden llegar a presentar dolor en el área en donde se encuentra el tumor, con severidad dependiente de su tamaño y forma. Además, puede llegar a comprimir órganos como la vejiga, el recto, el corazón o los pulmones, evitando su funcionamiento normal, y causando náuseas, aumento de peso, o un aumento en la frecuencia de las ganas de orinar o evacuar. Si el teratoma es maligno, puede traer serias consecuencias para la salud debido a su carácter maligno; es decir, es capaz de invadir otros tejidos, afectando el organismo de varias maneras mientras se va expandiendo por el cuerpo. Este tipo suele ser más grande que los teratomas maduros, y su expansión puede llegar a ser altamente agresiva. Se divide en tres grados, dependiendo de la cantidad de tejido inmaduro que tengan, y mientras mayor sea el grado, peor es el pronóstico, y mayor la urgencia de su tratamiento.

Teratoma ovárico con tejido cutáneo, pelo, y dientes en la parte de abajo. Y no, no es su color original.

Los teratomas se diagnostican principalmente mediante estudios imagenológicos como ecografías o tomografías, ya que suele ser difícil llegar a palparlos. Sin embargo, debido a que en la mayoría de los casos los pacientes no presentan síntomas, es común que se descubran de manera accidental durante otra cirugía no relacionada, como una cesárea o una histerectomía. Para saber si se trata de un tumor maduro o inmaduro, se le toma una muestra y se realiza un análisis histológico de su tejido.


En cuanto a su tratamiento, depende nuevamente de su tipo. Si es maduro su tratamiento es puramente quirúrgico mediante la remoción de la neoplasia. Debido a su naturaleza benigna, este tipo de teratoma no constituye una emergencia médica, aunque sí se recomienda su eliminación ya que puede llegar a crecer a un tamaño en el que afecte a los órganos que lo rodean. Si se trata de un tumor inmaduro, la quimioterapia coadyuvante suele ser la primera medida terapéutica, para posteriormente extraerlo quirúrgicamente. La formación de un nuevo teratoma es relativamente común en estos casos, presentándose en aproximadamente el 15-25% de los casos, aunque los tumores que se forman son generalmente maduros y por lo tanto benignos. En el caso de que los tumores estén localizados en los ovarios, puede ser necesaria su extracción mediante ooforectomía.

Teratoma extraído de un pulmón con tejido graso y cartílago bien desarrollado. Admito que busqué las imágenes más perturbadoras, pero la mayoría eran de análisis histológicos, lástima.

Como podemos ver, nuestro cuerpo nunca deja de sorprendernos; justo cuando pensamos que nada puede ser más extraordinario que los cambios que nos ocurren durante la pubertad, descubrimos que es posible que tengamos un tumor con pelo, dientes, y parte de un corazón dentro de nosotros. Aterrorizante Fantástico, ¿no?

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Referencias:

• Teratoma ovárico maduro e inmaduro, a propósito de un caso
• ¿Qué es un teratoma? – Definición, tipos, causas y síntomas
• Definition of Teratoma – NCI Dictionary of cancer terms
• Teratomas ginecológicos
• Mature ovarian cystic teratoma with a highly differentiated homunculus: a case report.

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