Enfermedades Raras: Síndrome de Cotard
Antes de comenzar con el artículo de hoy, quiero explicar la razón de mi ausencia, y no es más que un defecto en mi personalidad que fue difícil de admitir; soy bastante perezoso. Requiero de incentivos para hacer muchas cosas, entre ellas escribir, y si bien el feedback y los comentarios en mis posts eran un buen estímulo positivo, las ganancias económicas eran una motivación más fuerte, y al tener una cantidad decente de STEEM y SBD´s ahorrados, simplemente no sentía la necesidad de publicar con regularidad.
Sin embargo, durante este tiempo (en el que admito no he estado muy ocupado) he sentido la necesidad de volver a compartir mis escritos, no por el dinero (en especial ahora, viendo el precio de las criptomonedas), sino por la satisfacción que siento al compartir conocimientos con una audiencia, al entretenerlos, al leer sus comentarios, y al estudiar e investigar para mis artículos; yo también aprendo con ustedes. Y francamente, estoy aburrido, y con mucho tiempo libre. Aún con la caída de los criptos (quizás, debido a ello), siento la necesidad de retomar mi blog, y de traerles los artículos más interesantes sobre curiosidades médicas. Sin más que decir, les presento mi nuevo artículo, espero que el primero de muchos este mes, y ¡espero lo disfruten!
En mis anteriores artículos de mi serie sobre Enfermedades Raras, he hablado principalmente sobre deformidades y problemas genéticos, uno de mis temas favoritos. Sin embargo, el cuerpo no es lo único que puede pasar por procesos patológicos que parecen sacados de la imaginación de H. R. Giger (siéntete libre de buscar su trabajo), la mente también es capaz de padecer innumerables trastornos. Las enfermedades mentales van mucho más allá del escuchar voces, la falta de empatía, problemas de conducta, o el pensar que ella te amaba (nunca lo hizo, disculpa por ser el que te lo informe). Hoy les traigo una condición que les puede servir de inspiración para esas fiestas de Halloween a las que no saben cómo ir disfrazados: el llamado “Síndrome del muerto viviente” o Síndrome de Cotard.
Enfermedades Raras: Síndrome de Cotard
Las ganas de morir están presentes en muchos adolescentes dramáticos pasando por las dificultades de la secundaria, y en cada estudiante de medicina luego de un par de años. Afortunadamente, la mayoría superamos esos momentos difíciles y continuamos con una vida plena llena de
El Síndrome de Cotard, también llamado delirio de Cotard o delirio de negación, es un trastorno mental parecido a la hipocondría (en el que las personas creen padecer alguna enfermedad), con la gran diferencia de que los pacientes que lo sufren están convencidos de que ya no están vivos, que no existen, e incluso de que se están descomponiendo (la falta de desodorante puede ayudar a lo último). Fue descrita por primera vez en 1882 por el neurólogo francés Jules Cotard, quien destacó el caso de una mujer con la creencia de que varias partes de su cuerpo no existían y que estaba condenada a sufrir eternamente sin la posibilidad de morir, por lo que no necesitaba comer. En un giro de acontecimientos que nadie habría esperado, la sujeto, apodada Mademoiselle X murió de hambre, demostrando que querer (o creer) no siempre es poder.
Otro caso interesante es el del músico sueco Per “Muerto” Ohlin, vocalista de la banda de black metal Mayhem entre finales de los '80 y principios de los '90, quien sufrió de una hemorragia interna por una rotura en el bazo luego de recibir una paliza en la escuela, fue llevado al hospital, donde estuvo clínicamente muerto por unos minutos. Posterior a este incidente, adquirió la creencia de que estaba muerto, y comenzó a sufrir de depresión y a tener comportamientos dañinos como el dejar de comer, o cortarse, en ocasiones durante shows. Todo culminó con su suicidio en 1991.
Dato curioso: también fue uno de los primeros cantantes de black metal en usar pintura facial al estilo “corpse paint”.
Como en toda enfermedad mental, las causas del síndrome de Cotard son diversas y en ocasiones poco claras. Se han reportado casos en pacientes con lesiones en el lóbulo frontal del cerebro, sea por traumatismo o isquemia, pero también puede producirse por daños en el lóbulo parietal o cualquiera de los dos hemisferios. Además, puede darse en personas con previa historia de psicosis, depresión, migrañas o tumores cerebrales, y en aquellos que usen medicamentos como Aciclovir (un antiviral) y sus precursores, sobre todo en pacientes con fallas renales.
Entre sus síntomas, se tiene que el paciente comúnmente deniega su propia existencia, la de partes de su cuerpo, o asegura estar muerto y en estado de putrefacción, en ocasiones incluso percibiendo un olor putrefacto (producto de alucinaciones olfatorias, o mal higiene. Depende de la persona). Los pacientes afectados tienen una visión del mundo distorsionada similar a aquellos que sufren de esquizofrenia, y debido a su delirio suelen dejar de asearse, relacionarse socialmente, comer, e incluso pueden llegar a cortarse ellos mismos (quitándole el monopolio en heridas autoinflingidas a las adolescentes emo en busca de atención). Paradójicamente, es común la creencia de que son invulnerables, ya que al estar muertos, es imposible que vuelvan a morir En los casos más graves, la depresión que suele ir en conjunto con este síndrome puede llevar a los pacientes al suicidio.
Su diagnóstico se basa en interpretación clínica de sus síntomas, de acuerdo al DSM-5 (Manual Estadístico y de Diagnóstico de Desórdenes Mentales, 5ta Edición. La biblia de los psiquiatras, básicamente), y su tratamiento consiste en fármacos antidepresivos como el citalopram, antipsicóticos como la olanzapina, y ansiolíticos como el lorazepam. El tratamiento con terapia electroconvulsiva también ha demostrado ser efectivo, porque electrocutar el cerebro de enfermos mentales siempre es la mejor solución.
Sí, esto es medicina terapéutica.
Vale la pena destacar que este tipo de trastornos puede ser tan frustrante para los amigos y familiares como para el afectado, ya que resulta prácticamente imposible convencer al paciente de que está mentalmente enfermo. Sin embargo, quiero aprovechar la oportunidad y aportar mi grano de arena en la lucha a favor de la salud mental: si estás leyendo esto, no estás muerto. Probablemente.
Referencias:
- Síndrome de Cotard – Características, síntomas y tratamientos en 2018
- Síndrome de Cotard – Facultad de Medicina, Universidad Francisco Marroquín
- Psinergia – Síndrome de Cotard
- Per “Dead” Ohlin - Wikipedia
- Discusión de caso de síndrome de Cotard
- Síndrome de Cotard: Reporte de dos casos y una breve reseña de la literatura
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Hola @mike961, estoy impresionada con tu aporte que por demás me parece muy interesante, desconocía completamente la existencia del Síndrome de Cotard, y tu exposición del mismo nos deja muy claro que la conducta humana es eventualmente incomprensible e impredecible, en este sentido, desde mi humilde visión creo que es menester de todo individuo cuidar la autoestima del prójimo y aún así pueden haber factores de diversa índole que puedan generar patologías tan extrañas como la que expones. Saludos cordiales!!
Gracias! Efectivamente, la psicopatología es algo que encuentro muy interesante debido esa misma impredictibilidad que mencionas, es de verdad fascinante las maneras en las que la mente humana puede fallar.
Hola, @Mike961.... Siií! Había leído esto hace tiempo. Realmente extraño que la persona pueda pensar así. Si tú explicas que tiene un origen orgánico (como alguna lesión en el cerebro), aún así es extraño que todos los casos tengan esa manifestación en común, de incluso olerse putrefactos. Yo digo que tiene que haber algo "aprendido" en el proceso. Habrá animales que puedan sufrir de algo similar? También el post me hizo recordar un poco la mitología japonesa, en la cual los dioses de la muerte (shimigamis) inducen a las personas a querer morir. Saludos.
Hola @eniolw ! como toda enfermedad mental, efectivamente está relacionada con el aprendizaje propio y las vivencias de quien la sufre; si nunca aprendió que la carne putrefacta emite un olor particular, no podrá presentar ese síntoma. En cuanto a lo de los animales, es bastante difícil saberlo... Aunque se sabe varios animales, como los perros, pueden presentar depresión, ansiedad, fobias e incluso estrés post-traumático, diría que sufrir de este síndrome requeriría de una capacidad mental superior a la de la mayoría de los animales (excepto quizás los primates), y sería difícil de diagnosticarla sin que pudieran hablar...
Y si, noto también la relación con los shinigamis jajaja, puede incluso que su existencia en la mitología japonesa tenga alguna relación con la existencia del síndrome de Cotard; habrá que examinar a los que quieran ir al bosque Aokigahara