Reto: Si no fuera porque te quiero tanto!

Para la segunda travesura no tengo fotos que la acompañen; lo menos que se me pasó por la mente fue querer capturar el momento después del susto que me hizo pasar.

Eran algo así como las 11 de la mañana, recién llegábamos de la calle y me senté un momento en el sofá a responderle unos mensajes a @miguelvargas. Damian gritaba por tener la llave de la casa para poder jugar con ellas, queriendo un momento de tranquilidad accedí a dársela. Craso error.

Luego que termino de escribir veo que Damian ya no tiene la llave en las manos; lo había visto caminar de aquí para allá con ellas encima, le perdí la pista tan solo un segundo y eso fue tiempo suficiente para que Dami hiciera su performance de magia y me desapareciera la llave junto con mi tranquilidad.

Para ese momento mi pequeño revoltoso ya tenía un año y cinco meses, y una capacidad bastante avanzada para hablar y entender lo que se le decía. Yo histérica empecé a buscar la bendita llave mientras le preguntaba — Damian, ¿donde está la llave?— a lo que él respondía haciendo eco de la misma pregunta con su cara de quien no sabe absolutamente nada — ¿y la llave?

Buscamos por todos los rincones que se me ocurrieron. Él y yo buscando un llavero muy pequeño de una sola llave que fácilmente cabía por debajo de la puerta.

Mis niveles de estrés y preocupación se fueron a las nubes. Me puse a pensar que Damian había botado la llave por debajo de la puerta, y alguien mal intencionado se las había llevado. Yo ya me había inventado mi novela mexicana en la cabeza de que tendríamos que cambiar la cerradura en orden de permanecer seguros en nuestra propia casa, tal vez muchos no entiendan pero en Venezuela eres paranoico cuando se trata de tu seguridad, porque es un tema eso de andar tranquilo...

La dueña de la casa, la abuela de Damian, mi mama, iba a hacer caer sobre mí todas las culpas de aquel extravío. Ella llegó, y bueno… eso hizo. Le conté lo de las llaves y Troya empezó a arder. Continuábamos preguntándole a Damian por la llave, pero creo que al ver a su pobre madre llorando y a su abuela histérica reconsidero su juego y nos colaboro con la ubicación de la llave.

Él empezó a acercarse a la cocina, llegó a donde estaban los botellones y se quedó firme en ese lugar tal cual sabueso. Nosotras pensábamos que estaba jugando, pero luego de pasar unos minutos sin él salir de la cocina, nos extrañamos. Nos acercamos a él mientras repetía —a llave, a llave, a llave—. Fue mi mamá quién se dio cuenta que la llave estaba en el fondo de uno de los botellones afortunadamente vacío. Suspiró expulsando todos sus miedos, y luego me avisó para reírnos juntas.

A veces siento que mi hijo tiene un humor muy particular, y en este relato de travesura verás de lo que te estoy hablando.

Estaban un día reunidos todos en casa de mi abuela, y mi mama dice —Fuchiii. Damian, ¿te tiraste un peo?

A lo que él responde —el abuelo— mientras negaba con la cabeza.

Y todos se murieron de la risa.

Damian El Artista

El muchacho salió bien artista, le cae a golpes a cualquier cosa que medio suene, canta, baila y ama los videos en youtube. La Práctica en la cual es todo un virtuoso, consiste en pintar y rayar donde no debe para así volver loca a la abuela y a la mamá.

Intentamos mantener la calma, entender sus impulsos artísticos pero coonchale... es difícil. Compartiré las fotos y tu te imaginarás mis emociones al momento de apreciar esas obras de arte:

¡Qué alegría que pronto te conviertas en madre!, y realmente qué bendición que tu primer hijo sea varón. Yo presentí que tendría varón desde que supe de mi embarazo, y la verdad es que me encanta ser mamá de un niño, estoy segura que tú también llegaras a compartir este sentimiento.

Los primeros meses se apegan muchísimo a ti y viven con mamitis (aunque tal vez sea solo por la teta jajaja). Luego que adquieren más habilidades motoras, puedes ver cómo tu hijo desarrolla esa curiosidad por el mundo, aunque en ocasiones esos experimentos nos hagan enloquecer, son momentos (que luego de los sustos y la limpiadera), atesoras en tu corazón con una sonrisa. Además, ¡no todo son travesuras! también es hermoso ver cómo seres tan pequeñitos te dan tantas lecciones de amor puro solo con su mirada. Y para esos episodios traviesos, ya verás cómo justo después, consiguen evitar castigos con unos bracitos suavecitos llenándote de amor, unas picadas de ojitos y besitos que enternecerán tu vida y te harán decir…

Si no fuera porque te quiero tanto!