IDIOCRACIA:¿DEBE LA GENTE DECIDIR SU FUTURO?
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La vida se está convirtiendo en una parodia. Una sátira de bajo presupuesto. Las mentiras racimo, son bombardeas a todo tren por los medios de comunicación. La audiencia rumiante, pasa sus días digiriendo engaños e integrándolos en su sistema límbico.
La rebeldía ha muerto. La crítica también. No hay esperanza de cambio en el horizonte. Todo se desliza lentamente, imparable, por la asfaltada rampa de la decadencia.
El smartphone ha supuesto un cambio antropológico. Ha devuelto al ser humano a los inicios de siglo, con la trepanación como método revolucionario. La lobotomía cómo proceder psiquiátrico al uso. Una pantallita, unas notificaciones y la fuerza sin fin de la hiperestimulación, han dado como resultado una humanidad zombi, alienada por el mundo virtual.
Redes sociales, junto con ludopatía, opios y alcoholes, son tendencia en alza. Está de moda destruir tu vida. Verte en la calle, rodeado de orines y contenedores. Esa es la cultura millenial que parece, proseguirá la generación Z.
Como consecuencia, el suicidio está en alza en todas las naciones occidentales.
¿Qué nos está pasando? La historia es implacable y fustiga a los pueblos acomodados. El mundo es un lugar cruel, y la vida se abre paso sin descanso. Mientras uno deja de luchar, hay otro que se prepara para el combate. Haciéndose más duro. Preparándose para ganar la pelea y besar el podio.
Los blandengues nunca ganan. Nosotros, los occidentales, llevamos décadas de tendencia snowflake.En ocasiones incluso, obligados por la ley.
El hipercapitalismo sale ganando con esto. El gran capital, sin concepto de sociedad, mira únicamente sus cuentas de resultados. No le importa deslocalizar fábricas, destruir sociedades o lo que sea menester. ¡Todo con tal de mantener zombis consumidores!
A la larga, lo acaban pagando.
El periodismo es basura. Los vómitos de la sociedad, desechos humanos y morales, acaban en los salones de redacción de la prensa. La televisión baila al mismo ritmo. ¡No espere una sólida denuncia de los males de nuestra sociedad! Son mercaderes de la información. Mercenarios de la palabra al servicio del poder.
Con estos ingredientes, obtienes como resultado una sociedad basuresca, corrompida, donde el cerebro se encuentra desactivado a la hora de tomar decisiones. Estos robots programables, decidirán siempre aquellos que más convenga a su tirano, pues han sido vaciados de neuronas a servicio de su señor el poder.
¿Democracia? Una palabra sinónimo de engaño. Un simulacro de justicia para la administración de la tiranía.