La Prenda.
Viendo las pantaleticas
que dejaste en el alambre,
pienso contento en el dulce
y se me despierta el hambre.
I
Muchacha, tu eres bonita,
pensándote me desvelo,
pues me ha nacido el anhelo
de morderte la boquita.
Mi deseo ya milita
en el gesto que dedicas
cuando con tus piernas picas
y se ve aquel envoltorio.
Sueño con tu dormitorio
viendo las pantaleticas.
II
Fue en un día singular
que me provocó merienda,
cuando vi yo aquella prenda
en la cuerda de secar.
¿Es que me quieres matar?
¿O quieres que me acalambre?
Soñando con la pelambre
a causa del tierno velo,
el delicado pañuelo
que dejaste en el alambre.
III
Ya no puedo ni comer,
ya no puedo ni dormir,
a veces pienso en morir
y a veces en renacer.
El postre quiero morder
¡Que mi tragedia se endulce!
Que mi verso le demulce
a tu tierno monumento.
Cuando el tiempo pasa lento
pienso contento en el dulce.
IV
Tu siempre llegas vestida
lista para conquistar,
seducir y despertar
el buen lado de la vida.
Se te ve comprometida,
como a la miel el enjambre,
en que me mate un calambre
de lo duro que me pones,
yo contemplo bien tus dones
y se me despierta el hambre.
¡Tremendo envoltorio para ese dulcito!
Créditos: La modelo y el fotógrafo prefieren mantener el anonimato...