COMENZANDO LUEGO DE EMIGRAR (Lo que hice para sobrevivir)

Como muchos saben, emigrar no es nada fácil. Existen diferentes maneras de conseguir el éxito en cada recorrido que se haga, pero no hay una fórmula exacta que nos permita saber lo que en realidad necesitamos hacer, para llegar a nuestra meta una vez lejos de nuestros países. Donde al momento de llegar existen muchos miedos e incertidumbres. Interrogantes acerca de trabajo, idioma y cultura, nos encierran en una burbuja de preocupaciones de la que es difícil salir hasta que todo se nivela y nuestras vidas comienzan a tomar forma una vez conseguida la estabilidad necesaria para nuestro bienestar.

Photography by: @miguelarocha (Stockholm, Sweden)
Nikon D3300

Como muchos latinoamericanos, tuve la oportunidad de emigrar hace algunos años, y aunque todos tenemos motivos diferentes por el cual decidimos dejar nuestros países para emprender un largo camino a tierras desconocidas, la mayoría de ellos no se alejan del promedio, quiero decir, para comenzar una nueva vida.

Si la vida es difícil en nuestro idioma natal, imaginen lo que es llegar a un país donde no entiendes absolutamente nada de lo que dicen. En mi caso, me toco emigrar a Suecia. Este hermoso país escandinavo me abrió las puertas hace poco más de un año y hasta ahora he tenido que ejercer la presión necesaria sobre mí mismo para seguir adelante y avanzar hacia donde quiero llegar, mientras la mayoría de las preguntas que me hacen amigos y familiares siempre recaen en el idioma y el trabajo. El idioma se me ha hecho complicado hasta cierto punto. Suecia tiene como idioma oficial el sueco, tomando en cuenta al ingles como segunda lengua predominante, cosa que me facilito muchísimo la estadía, ya que manejo el inglés bastante bien. Se puede decir que casi la mayoría de la población sueca habla inglés perfectamente, esto me abrió muchísimo las puertas para inmiscuirme cada vez más en relaciones interpersonales que me ayudarán a desarrollarme intelectual y laboralmente en esta avanzada sociedad europea.

Sobre el trabajo, tengo algunas cosas que decir. Como todo comienzo, este tema no es nada fácil. Tuve la oportunidad de llegar a la casa de algunos conocidos quienes amablemente me ofrecieron hospedaje por algunos meses hasta que pudiera estabilizarme. En dicha casa me dieron la oportunidad de desarrollar un plan para ahorrar un poco y reunir algo de dinero para poder, al menos, pagar la tarjeta mensual de transporte, que es algo costosa si no tienes un trabajo real que te permita cubrir todos tus gastos de manera satisfactoria. Este no era un plan innovador, de hecho, es la salida de muchos inmigrantes latinos en países extranjeros para poder subsistir los primeros meses, y en algunos casos, hasta conseguir el éxito deseado. Como muchos latinoamericanos en el exterior, comencé a cocinar para vender entre la misma comunidad latina en Suecia.

Photography by: @miguelarocha (Stockholm, Sweden)
Nikon D3300

Los grupos en ciertas redes sociales, son de mucha utilidad en estos casos. Porque te proporcionan los contactos necesarios para generar los ingresos deseados. Yo como venezolano, opté por preparar comidas típicas de mi país junto con mi pareja, y de esta manera llegar a un público en específico. Esas, tortas tres leches, los panes de jamón, los tequeños, las arepas, las empanadas y los quesillos fueron los responsables de nuestros ahorros durante nuestros primeros meses de estadía en este país, donde la competencia en cada ámbito es abismal.
Luego de cuatro meses, ya habíamos generado clientela fija que cada semana hacía sus pedidos de comida, a quienes hacíamos las entregas respectivas en plazas, parques, estación de trenes y paradas de bus. Cada pedido era electrónico ya que obviamente teníamos que evitar las ventas ambulantes en las calles de Estocolmo, los cuales nunca estuvo en nuestros planes y no llevamos a cabo.

Durante estos meses, dichos ingresos me permitían pagar el transporte público mensual y comprar algo de comida. Claramente solo lo necesario. En poco tiempo nos dimos cuenta que las ventas comenzaban a bajar y la clientela a desaparecer, resultados que esperábamos desde el comienzo, porque casi siempre, estos clientes se entusiasman con la llegada de sabores nuevos, los cuales no habían tenido la oportunidad de probar en mucho tiempo y luego de varias compras, se comienzan a aburrir y volver a sus ritmos de vida cotidianos. Al visualizar esto fue necesario luchar contra la depresión que es completamente natural al comienzo de estos procesos, pero en especial en estos países nórdicos por la falta de luz solar.
Al finalizar esos primeros cuatro meses, después de recibir nuestros respectivos permisos de trabajo, poner en práctica el inglés y hablar con las personas correctas, fue a través de las redes sociales, con los mismos grupos de comunidad de latinos, quienes después de publicar algunas ofertas de trabajo, conseguimos las oportunidades que perfectamente se ajustaban a nuestro estilo de vida. Desde el primer día, mis superiores estuvieron de acuerdo en que podía hablar inglés con cada cliente, siempre y cuando me esforzara en aprender sueco. Este trabajo me ha dado la oportunidad de salir de ese lugar de acogida, rentar un pequeño apartamento y cubrir mis gastos mensuales, mientras Suecia me sigue demostrando lo avanzado que puede estar un país en cuanto a sociedad.

Photography by: @miguelarocha (Stockholm, Sweden)
Nikon D3300

A poco más de un año de haber comenzado en tan agradable ambiente laboral, puedo decir que me he sentido satisfecho con los logros obtenidos a través de este trabajo, que me ha brindado estabilidad, amistades futuras y muchísima experiencia, con la que he adquirido infinidad de conocimientos culinarios y de servicio en general.
Mi historia quizá no sea muy distinta a muchas otras, pero creo que sin embargo siempre hay algo que aprender del punto de vista de cada persona.

Al momento de emigrar, intenta surgir como puedas con la mayor legalidad presente en cada momento y siempre tratando de hacer las cosas de manera correcta. Recuerda que ese país al que llegas, está esperando algo bueno de ti como ser humano, como trabajador y sobre todo como ciudadano. Queda de tu parte devolverle esa gran bienvenida con la mayor gratitud posible. En mi caso, sigo trabajando día a día mientras aprendo un precioso idioma nuevo, creando amistades que sé, perdurarán por muchos años más. Y como siempre digo, la preparación lo es todo en estos casos.