Y allí estaba yo, tan ida en esas páginas oscuras, con las lágrimas ahogando de llanto a toda mi cara.
Sabía quienes eran los que habían cometido esa barbaridad, y también sabía que caminaban por allí como si nada. Como si no hubiera pasado nada.
Tenia que hacer algo.
Quería venganza.
Sentía que con eso podía hacer que el alma de Adela tuviera un respiro y la mía pudiera alivianar un poco más su peso ante la culpa que me albergaba.
¿Que si pensé en matarlos?

FUENTE
CLARO QUE SI.
Pero no soy quien para decidir hasta cuando dura la vida de alguien, así que deseche rápidamente esa idea de mi cabeza.
Decidí publicar ciertas páginas del diario de Adela en un grupo de Facebook donde estaban ellos y media universidad. Al mismo tiempo se lo conté a su madre y la misma decidió hacer la denuncia pertinente por acoso y abuso sexual.
Fue una pelea legal como de dos años donde estos personajes pretendían salir airosos de la situación poniendo dinero de por medio y queriendo sobornar a los entes encargados de la investigación. Con lo que no contaban es que mi madre en ese momento era jueza y mi padre tampoco escatimo en gastos para apoyar a la madre de Adela.
Después de tanto pelear ganamos el caso a pesar de las trabas que puso la contra parte.
¿Me sentí feliz de verlos tras las rejas?
No.
Mi felicidad fue ver la cara de la mama de Adela, estaba llorando de felicidad en la calle y entre lágrimas y con un hilo de voz decía:
-Lo logramos hija, hicimos justicia.
Solo en ese punto sentí paz.

Desde ese día ya pude ir a visitar la tumba de mi amiga. Le llevo sus flores preferidas y le canto una canción que le gustaba escuchar de mí.
Mi vida cambio, la de mis padres, la de la mama de Adela indudablemente. Esto nos sirvió de reflexión.
A los que son padres y están leyendo esto les digo, preocúpense más por los aspectos personales de sus hijos, más cuando están en esa etapa de adolescencia y empiezan a vivir cosas de adultos. No todos saben sobrellevar el peso de la crudeza de la vida.
A los amigos, aprendan a quererse sin importar nada, aprendan a ver mas allá de un simple “estoy bien, no pasa nada”.

Hacer las cosas a tiempo puede hacer la diferencia.

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