Jhon Unger y su perro Schoep – La historia del amor

Esta es una historia conmovedora que relata la amistad sincera e incondicional entre un perro y un humano. Schoep era un pastor alemán que fue adoptado por Jhon Unger a sus 8 meses, y rescatado de los constantes maltratos que sufría de manos de sus antiguos dueños.

En una ocasión Unger intentó suicidarse en el Lago Superior de Michigan a causa de una depresión que le causó la ruptura de una relación sentimental, y fue Schoep que aun temiéndole al agua, le salvó. Cuenta Unger que nunca había visto esa mirada en su perro hasta ese momento, y que cuando lo sacó, caminaron toda la noche hasta el amanecer.

Unger y Schoep se convirtieron en amigos y compañeros de vida, el uno era el todo para el otro. Y así como el perro salvó la vida del humano, en ese mismo lago años más tarde fue el turno de Unger para ayudar a su fiel amigo, cuando empezó a sufrir de ceguera, producto de su vejez, y artristis, dejándolo casi inválido y con dolores insoportables a la hora de dormir. Unger intentó con muchos tratamientos para aliviar el sufrimiento de su perro, pero nada le valía.

Un día Schoep estaba sufriendo unos fuertes dolores de artritis y a Unger se le ocurrió llevarlo al Lago Superior, que por su baja temperatura podría servir de tratamiento para ayudar a calmar esos dolores, y así fue, no se equivocó al pensar que aquella terapia le iba a ayudar con la enfermedad de su perro.

Todos los días Unger llevaba a su perro al lago, y fue tanta la confianza que generó el humano en Schoep que este se quedaba dormido mientras Unger lo cargaba bajo el agua.

Derechos reservados STONEHOUSEPHOTO

Esta foto fue tomada por una amiga de Unger, la foto no tiene montajes ni poses ni bocetos, es solo la vívida esencia de la eterna amistad entre un humano y un perro. Aquella se volvió viral, y el mundo entero supo de esta historia, para sorpresa de Unger, muchas personas de todo el mundo empezaron a dar su granito de arena para costearle tratamientos a su perro, lo que mejoró drásticamente su calidad de vida.

Años más tarde cuando Schoep estaba por los 20 años murió, y su amo aún lo recuerda con el mismo amor y cariño, y aunque ya adoptó otro perrito llamado Bear dice que ninguno reemplazará su eterno amigo fiel.

Unger y Bear

Con este relato queremos hacer un llamado especial a todas las personas que nos leen, poder tocar sus corazones y hacerlos vibrar. En este mundo no estamos solos, hay miles de seres más, están los árboles que nos dan el oxígeno para respirar, están los microorganismos que nos defienden de tantos virus, están los animales que cumplen cada uno un papel especial para conservar el orden de la naturaleza, y un sinfín más; es por esto que debemos valorar y amar a cada ser que se encuentra entre nosotros, porque nada es coincidencia, y todos tenemos nuestro propósito en la tierra.

"QUEREMOS PRONUNCIAR EL AMOR QUE SENTIMOS HACIA TODO LO QUE TIENE SENTIDO PARA LUCHAR Y HACER JUSTICIA"

BIENVENIDOS!