Qué bien te queda la indiferencia | Poema

Qué bien te queda la indiferencia
cuando estás casi dormida
y obvias el hecho de ser observada
por alguien
que no querría perderte jamás.

Pero lo sabes,
sabes que no soy capaz
de huir sin tu mano.

La rutina tiene un mejor sabor:
el de tus labios.

Tu cintura es frágil, cariño,
y yo tan torpe,
tan orgulloso.

A veces me pierdo en tus ojos,
pero lamentablemente
el tiempo
me hace ver la realidad.

Tu cuello habla por sí solo
y me llama,
me invita a ser
un poco más tuyo.

Me guardo casi todo
lo que pienso,
pero no soy una roca: sé querer.

Quizá somos fugaces
y llegamos muy pronto,
pero somos libres.

Fotografía extraída de www.pexels.com