Ingredientes y armado de mis pastelitos…

Ingredientes para el Relleno:
Para 20 piezas
(200 gr) de Queso Amarillo
150 gr de Jamón de Pierna
300 gr Queso Fundido
100 gr Queso Guayanés
100 ml Aceite Neutro o Vegetal

Armar los Pastelitos: Primero picamos las lonjas de queso y jamón en cuadraditos de 6x4cm (esto dependerá del tamaño del círculo, la cual viene picada la masa), se disponen a separar los círculos de la masa del empaque, en el centro de los mismos se colocó una pequeña cucharada del queso fundido. Seguidamente un cuadrado de jamón y queso amarillo, otros pastelitos se elaboraron con el mismo procedimiento pero sustituyendo el queso amarillo por el queso guayanés, el relleno también pueden sustituirlo por cualquiera de su preferencia, bien sea carne, pollo, pescado, etc. Esto es muy importante el relleno no de ser mayor a la mitad del circulo de masa, de lo contrario se desbordaría y se rompería al freírse. Con mucho cuidado, y humedeciendo los bordes de la masa que no tienen el relleno, doblamos y pegamos los extremos, formando especie de una media luna, para sellar, yo normalmente utilizo un tenedor y voy ejerciendo presión sobre la masa, adicional le da un visto muy simpático y atractivo de ruche al pastelito, pudieran sellarlo también con un cortador de galletas. Luego de haber elaborado y rellenado todos los pastelitos, colocamos un sartén a fuego con abundante aceite, hasta que caliente muy bien, y vamos colocando los pastelitos, con mucho cuidado, ellos en 3 min ya están listos, ya que la masa es súper delgada.

A comer, ya está la cena servida…

En lo que termine de freír los pastelitos, que estaban calientico, y sabía que el relleno iba a estar maravillosamente derretido, no dude en subir el tono de voz, y llamar a mi esposo y que se acercara a la mesa, para que tomara sus pastelitos.

Les confieso que son tan ricos, que puedo decir que hasta adictivos son, t comes uno y quieres enseguida agarrar otro, yo tome el mio y listo paso lo que mi mente había imaginado, lo mordí y enseguida el majestuoso hilo de queso derretido entre mi boca y el relleno de mi pastelito, una sensación que no tiene comparación con nada.

FUENTE