VENEZUELA Y LOS DICTADORES DEL SIGLO 21
La ayuda humanitaria que tanto necesita nuestro pueblo fue atacada e incluso parte incenciada, para que no pasara a territorio venezolano.
Para sorpresa del mundo, el dictador Nicolas Maduro y sus seguidores celebraron como una victoria tal despropósito, de la manera mas cruel e indolente, sin darse cuenta de que, por el contrario, lo que hicieron fue ponerle la guinda que le faltaba al pastel.
Ya no quedan dudas ante la comunidad internacional de quien es quien en Venezuela. Ya no mas caretas. Siento que ahora, el apoyo desde el extranjero va a ser mas contundente que nunca. Ya pudieron darse cuenta, en vivo y en directo, del por qué los venezolanos, por mas lucha que hemos dado, no hemos podido sacar del poder a esos desalmados.
Pienso que el caso de Venezuela dará pié para muchas reflexiones en relación a la importancia que tienen los organismos internacionales y el apoyo multilateral a la hora de defender el estado de derecho y la democracia de cualquier país hermano. Porque aunque, ciertamente, la manera mas fácil de acceder al poder sea la vía electoral, ya no será más, la de atornillarse en él para, desde allí, robar, empobrecer y maltratar a la población.
Venezuela demostrará que eso ya no será así, pues excusarse en el principio de la auto determinación de los pueblos no será suficiente para mantenerse y justificar un gobierno dictatorial en ningún lado. No mas dictadores del siglo 21.
Si la idea de Maduro ayer era desmoralizar al pueblo venezolano, se ha equivocado de plano. Sabemos que mas temprano que tarde llegara la libertad y la prosperidad nuevamente a nuestro país.
Todo cambia cada día, y sin duda pienso, que nunca antes habíamos estado en un escenario tan favorable para el rescate de la democracia.
La situación, por difícil que parezca, no ha hecho sino fortalecer la lucha de los venezolanos, el amor por nuestro país y nuestra conciencia ciudadana.
El país que nos reclama nos necesita así de preparados, así de fuertes, así de humanos.
Con el dolor por el sufrimiento de tantas personas que han perdido familiares, que han sido maltratados, heridos y vejados, aplaudo de pie el coraje de nuestros compatriotas que se echaron el miedo a la espalda y han demostrado por qué somos llamados hijos de Bolívar.
También estaremos eternamente agradecidos a toda la gente que desde diferentes latitudes nos apoyan en esta dura prueba que nos ha tocado vivir.
Sabemos que el final de esta pesadilla esta muy cerca. Estamos ansiosos, ciertamente, los problemas son muchos, pero esperanzados de que, como nunca antes, hay luz al final del túnel.