Querido Yo.

Hoy he decido escribirte esta corta carta, porque creo que es necesario que te pido disculpa. Ya que te he descuidado de tal manera de no preguntarte que puedo hacer yo para que te sientas mucho mejor y así calmar el dolor que siente tu alma.

Yo he permitido que te menosprecien y te hagan sentir, creer que no puedes. He permitido que tú des mucho más amor y atenciones de las que tú recibes. He permitido que lores por las noches antes de dormir, sin que te pueda consolar por lo menos un poquito.
Ya basta, ya fue suficiente ¿no crees tú? ambas sabemos el gran potencial que tienes y es energía que tienes escondida en el corazón.

Tú y yo sabemos que tú te mereces mucho más de lo que tú aceptas y que no debes permitirte agachar la cabeza cada vez que alguien te lastime, e incluso cuando lo hagas tu misma.
Te propongo que hagamos un trato: que empieza a partir de hoy vamos a volver avanzar no importa si empezamos un poco lento pero esta vez no se vale parar.

Así que vamos a quitar la pesadez de tu espalda, como a comenzar por despedirte de quienes no tiene buenas intenciones contigo, ya tu saben quiénes son, no hace falta que te lo diga. Quita es inseguridades que no te ayudaran para nada, arrela esa cosas que no te gustan de ti y acepta lo que no puedes cambiar, eso sí siempre con amor detalle con tu entorno agradece lo que tienes y siempre ve en busca de más.

Quizás pienses que se difícil al principio pero en estos momentos necesitamos ser perseverantes, porque valdrá mucho la pena. El día de mañana veras como despertaremos con un nuevo reto, es cierto. Pero para ese entonces seremos mucho más fuertes y más sabias.

Nunca olvides quien eres, ni muchos menos olvides que te amo.

¡Y POR FAVOR, TE PIDO QUE NO TE RINDAS JAMAS!