Escena 5
Mujer carnal expectante,
a la espera del galán andante.
Balbucea como si tuviera nervios,
ella solo quiere ver su miembro recto,
para ponerlo dentro sin reprimiendo.
De jabón quiere embadurnarse,
para quitar el sudor de sus amantes ,
ya amaneció, el trabajo terminó.

Marta Pintuco encaja la cabeza, para mirar que pasa en la pieza,
quiere estar segura, que sus chicas han dado fortuna.
Los hombres que aquí llegan, buscan compañía y bellas piernas,
se los atiende con dulzura y sabrosa calentura

El pequeño ha despertado, los ruidos lo han asustado,
se lleva a la boca un tabaco, del borracho que está al lado.
No llora como otros, permanece callado observando.
Seguro cuando sea grande, sabrá hacer el amor como su madre.

Esta es la casa de citas, que muchos famosos visitan,
inspiración para Fernando botero, que hizo un recordado boceto.
María era su amiga, una mujer bella y selectiva,
siempre bien vestida, con la más estupenda sonrisa.

Compartieron muchos tragos, de las chicas hablaron,
Don Fernando no admitió,
que también en la casa tuvo su amor,
de esos que regalan besos, y se quedan amaneciendo.

Así termina esta historia, sobre la casa de Marta
La de los años 50, que facturó varias cuentas
Que Fernando inmortalizó en la obra que muestro hoy:

“Casa de Marta Pintuco”