Un cuento: De la nube y aprendisaje educativo
¿ Y quien eres tu, animalito raro? Yo conozco los pájaros y los aviones, pero jamas había visto a nadie como tu.
Y bien, señor Colorir,¿ cuales son las preguntas que deseas hacerme?
Desde allá abajo, desde la Tierra, nosotros los niños la miramos a ustedes como un gran copo de algodón flotando en el viento. Dígame, señora Nube, ¿en realidad es usted un algodón?
No, amigo Colorir, tu estas en un error. Nosotras las nubes estamos hechas de vapor de agua.
¿ De vapor de agua? ¿ Y como es eso, señora Nube?
Pues muy sencillo: el calor del Sol evapora el agua de los ríos, mares, lagos y hasta de los charcos. Ese vapor sube, y cuando llega a las regiones altas, que son muy frías, el vapor se condesa y forma esos grandes copos que a usted le parecen algodón.
- Ah, ya entiendo : vapor de agua como el que sale de una olla de agua hirviendo.
- Justamente - repuso la señora Nube.
- Y dígame otra cosa, señora Nube: ¿Como es que esas góticas permanecen suspendidas sin caerse?
Por que son sumamente pequeñitas.
- Y cuando llueve, ¿ es porque usted llora, señora Nube?
No, amigo Colorir. Cuando llueve es por que llega un momento en que las gotas de agua son tan grandes y pesadas, que entonces caen en forma de lluvia. Cuando el sol las evapora vuelven a subir, para bajar luego y volver a subir y asi por años y años.
Desde allá abajo observamos que ustedes tienen varias formas y viven a diferentes alturas. ¿ Estamos en lo correcto?
Completamente. Las nubes tenemos varias formas. Los señores Cirros, por ejemplo, se parecen a una blanca barba rizada y habitan muy alto en el cielo, entre los siete mil y los doce mil metros. Los jóvenes Cúmulos viven más abajo, entre los mil y los cuatro mil metros. Nacen casi siempre en verano y son los que mas se parecen a un gran copo de algodón. Las señoras Nimbos, que son vecinas de los Cúmulos, son las que producen la lluvia. Ella son muy morenas, y por eso podrás distinguirlas.
Y para terminar, una ultima pregunta.¿ Se considera importantes ustedes las nubes?
Oh, si, sin la menor duda. Sin nosotras no habría lluvia. Sin la lluvia no habría vegetación ni vida animal, pues todo estaría seco y muerto, como los desiertos.
Muchas gracias por su gentileza en responder a mis preguntas, señora Nubes. Y ahora con su permiso regreso a ala tierra.