Feliz martes mis queridos amigos y amigas stemianos y stemianas, en especial un saludo muy fraternal para los hermanos y hermanas venezolanos, miles de bendiciones para todos ustedes, mucha fuerza y mucho ánimo porque ya queda menos para que caiga el régimen del narcodictador, ya podrido de maduro, y comience con mucho entusiasmo la reconstrucción de Venezuela.

Quiero compartirles las hipótesis planteadas en el primer capítulo de mi libro, que en realidad más que un libro es un informe escrito con los resultados de una investigación filosófica y planteamiento de hiótesis.

1. LA ESENCIA ORIGINAL DE CADA PERSONA. LA IDENTIDAD PERSONAL, ÚNICA Y ESPECIAL.

¿Qué es la esencia de una persona?

Algunas conceptualizaciones sostienen que cada persona es un cuerpo que contiene un alma, otros que es una identidad que posee alma y cuerpo, en tanto que una tercera postura señala que la persona es un alma que contiene un cuerpo.

Sostenemos que el “SER” de cada persona está constituido por ambos, su alma y su cuerpo.

La esencia de una persona es como algo mágico o misterioso, es esa “magia” o “aura” que posee cada persona y que proviene de lo más profundo de su ser.

Así como todas las características particulares del cuerpo de cada persona están determinadas por las moléculas de ADN o código genético, queremos proponer un modelo análogo al ADN para explicar cómo se determina la identidad de la persona a nivel de su “SER”.

Dicho modelo de ADN o código esencial del “SER” consistiría en una “macromolécula de ADN” conformada por “átomos de amor”.

2. LA ESENCIA DE LA ESENCIA: EL AMOR

¿De qué estamos hechos en último término?

Como recién dijimos, nuestra esencia o “ADN del alma” o “ADN del ser” es una magia que determina todas las características personales que identifican a cada individuo como persona única, distinguiéndola del resto.

Pero en último término, tiene que haber una unidad más básica que el “ADN del ser” y que las macromoléculas y átomos que conforman el ADN del cuerpo. Afirmaremos que el Amor es la unidad más básica de la cual está hecha nuestra esencia o nuestro “ADN del ser”, y al afirmar esto estaremos coincidiendo con una opinión ya mayoritaria que se inclina por definir al amor como la unidad básica de la cual estamos hechos nosotros y toda la materia.

Precisaremos entonces que el Amor es la “esencia de nuestra esencia”.

Las “partículas” del amor, por decirlo así, se encuentran ubicadas en cada macromolécula de ADN del ser, por eso cuando se despierta el amor también se despierta la esencia original, como la magia que caracteriza a cada persona como única y especial.

El amor corresponde a la más pequeña de las partículas, quizá infinitamente más pequeña que los átomos inclusive, de lo que estamos hechos como seres vivos. Quizá dicha partícula se encuentre en el límite entre lo que es y no es materia, y es probable que en verdad sea pura energía concentrada.

Pero a fin de que no seamos todos iguales, estas partículas de amor se combinan de innumerables maneras para formar “macromoléculas de ADN del ser” que diferencian y caracterizan a cada individuo como único y especial.

Según el modelo de simulación hipotético que proponemos, el amor se representa por un átomo, y la esencia original por una macromolécula de “ADN del ser”, conformada por “átomos de amor” que se combinan entre sí de diferentes maneras para otorgarle una identidad única y original a cada persona.

Que el “ser” del individuo se desarrolle como expresión del amor significa que lo hace en base al incremento del número de “átomos de amor”; Y que se desarrolle como expresión de su originalidad significa que lo hace en base al incremento de las “macromoléculas ADN” de originalidad.

Luego, el amor no puede desarrollarse si no es a través de la originalidad, ya que el número de “átomos” de amor no puede incrementarse si no mediante el incremento de “macromoléculas ADN” de originalidad.

El amor es algo que simultáneamente, por un lado nos une y asemeja a todos, y por otro nos separa y nos diferencia. Nos une y asemeja porque en último término todos estamos hechos de amor, y nos diferencia según las diferentes combinaciones que van tomando los “átomos” de amor para formar “macromoléculas” de ADN que determinan las distintas identidades.

En la figura se representa la hipótesis en una forma muy simple y didáctica. Los “átomo de amor” que conforman el “ser” de Juan se representan como pelotitas de color rojo, estas mismas se agrupan como letras para escribir la palabra “Juan”, palabra que corresponde a la “macromolécula” de ADN que define su identidad como Juan.

Y LES DEJO UN REGALITO PARA MIS HERMANOS Y HERMANAS DE VENEZUELA

ESPERANDO QUE YA CAIGA ESE FRUTO VENENOSO Y YA PODRIDO DE MADURO

DESDE CHILE

MARIO TRIVELLI