Siempre he sido una persona bastante soñadora, recuerdo que de pequeña me encantaba que mi papá me leyera cuentos antes de dormir. Al crecer, fuí desarrollando una ligera obsesión por la fantasia, amaba consumir cualquier tipo de contenido en el cual me presentaran mundos nuevos, llenos de magia, reglas nuevas, algo muy distante de la realidad, no sé, de algún modo este tipo de historias conseguian desconectarme del mundo que me rodeaba, le daban rienda suelta a mi imaginación, pero sobre todo, me invitaban a soñar. Por otro lado, qué les puedo decir, soy una romántica empedernida y los relatos que cuentan épicas historias de amor, derriten mi corazón por completo. Se podrán imaginar que si estas dos cosas se juntan crean la fórmula perfecta para engancharme por completo.

Yo admiro mucho a los niños, de hecho comparto las ideas de Peter Pan, me gustaría mudarme a Nunca Jamás para no crecer y seguir siendo niña toda la vida. Y es que los pequeñines son tan creativos, tienen una imaginación sin igual, son soñadores, no tienen barreras para nada. Lamentablemente uno no puede interferir en el inexorable paso del tiempo, y la adultez con todas las responsabilidades y problemas que esta tra consigo, es algo que llega de un momento a otro, sin embargo, yo si pienso que existe un pequeño nunca jamás, un lugar en el que podemos mostrarnos como somos, donde tanto adultoz como niños disfrutan por igual, un lugar que te hace soñar, que te hace pensar que todo es posible y por unos minutos te aleja de la realidad, siembra en tu mente recuerdos únicos que te devuelven a tu niñez.

Diganme quien no creció viendo alguno de los ahora clásicos de Walt Disney Studio, hasta las generaciones más jóvenes si no han visto alguna, al menos conocen de su existencia. Yo soy gran fanática, y aunque esten catalogadas como películas para niños, sinceramente considero que todas estas tienen mensajes y connotaciones que aportan grandes enseñanzas y que a pesar de ser ficcticias te arrojan un par de cosillas bastante congruentes con la realidad que nos rodea. Como les mencioné antes, Peter Pan que nos invita a soñar; Toy Story, que nos muestra el valor de la amistad y el trabajo en equipo; El Rey León, que nos plasma la importancia del buen liderazgo; Aladdino. que es una forma excelente de mostrar que ante cualquier situación siempre debes ser tu mismo, y que la imágen no siempre es lo mas importante; Buscando a Nemo, película que transmie un mensaje claro, el que persevera, alcanza; Monsters Inc. que se pasea un poco por la importancia de la innovación y la adaptación al cambio; Y podría seguir con la lista, pero a lo que quiero llegar, es que cada una de estas películas inspira, y si las miras con detenimiento encontraras miles de mensajes que te pueden llevar a reflexionar sobre muchas cosas, te tocan la fibra mas profunda, se dirigen directamente a ese niño interior con el que todos cargamos.

Definitivamente Walt Disney Studio es una de las compañias de entretenimiento más grandes que existe en el mundo, pionera en muchas cosas, siempre saliendose del molde para presentar cosas innovadoras, como sus parques, que para quienes no lo sabían el parque Disney ubicado en California fue que si el primer parque temático creado en el mundo, referente para todos los que vinieron después. El concepto que presentan es único, el servicio y entrenamiento es excepcional, pero lo que yo rescató es la enorme creatividad que tienen para construir todo un mundo fantástico en el que fácilmente puedes darle rienda suelta a tu imaginación, no por algo se le llama "El lugar más felíz de la tierra", invita a todos a ser niños nuevamente. Solo piénsenlo, para los que crecimos con las películas Disney el hecho de visualizar a esos personajes que tanto nos emocionaron en la pantalla, incluso poder sumergirnos en su entorno, es algo sencillamente increible.

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