Dismetría - Conoce sobre qué trata + historia personal

in #spanish6 years ago

¡Hola queridos steemians! ¿Cómo les va? Me perdí un poco, pero estoy de vuelta para compartir más post con ustedes. No sé si algunos recuerden mi post de presentación, en él les comenté de un problema en mis piernas, el que me impidió realizar varias actividades, pero que también me llevó a conocer una muy importante para mí (la natación). En esta oportunidad les contaré cómo lo viví en mi infancia y parte de mi adolescencia, el trauma, vergüenza y depresión que en mí causó; no todo fue malo, también les contaré cómo lo superé.

Nací con una significativa desnivelación, técnicamente conocida como “Dismetría de las extremidades inferiores” es un problema que se da por varias causas, como lo puede ser un traumatismo, trastorno del desarrollo, una anomalía congénita, o en palabras menos técnicas "un defecto de nacimiento" (el cual es mi caso). Puede llegar a ser algo muy común, y en algunos casos de poca preocupación si la diferencia es de apenas unos pocos milímetros, también existen casos de 1 a 4 centímetros que pueden llegar a corregirse durante el crecimiento mientras se usan zapatos ortopédicos o una plantilla en el zapato de la pierna más corta. Hasta los 10cm hay posibilidades de esto, mientras lo trate un especialista (traumatólogo) desde que damos los primeros pasos, después de esa medida es difícil lograrlo, y la única mejor solución es someterse a una intervención quirúrgica ortopédica: esta puede ser para acortar o alargar el tamaño de las extremidades inferiores, todo depende de cuál sea el caso a tratar.

Mi familia notó mi problema cuando empecé a caminar, pues era casi la única manera de darse cuenta. Yo tenía más de 10 cm, 13 para ser exacta, era una diferencia significativa que solo tendría solución sometiéndome a una cirugía para (en mi caso) poder reducir el tamaño del fémur, tibia y peroné de la pierna más larga, y así, pues estar nivelada y evitar todos los problemas a futuro; desviaciones de columna y dolores de espalda, caderas y rodillas. Teniendo unos 2-3 años de edad, después de acudir a varios especialistas todos decían que debíamos esperar que estuviera un poco más grande, tal vez de 5-6 años, ya que era una cirugía delicada y estaba muy pequeña para eso, que mientras tanto podía usar zapatos ortopédicos (eran bastante feos, pero era muy pequeña y eso aún no me importaba). Llegó la edad apta para poder someterme a la cirugía, mis padres con mucho dolor ya habían decido la fecha (pues sabían que era lo mejor para mí), pero mi abuelo materno se negaba rotundamente a permitirlo, en su lucha constante lo logró, no permitió que me operaran. Decía que seguía siendo muy pequeña, que siguiera usando los zapatos ortopédicos que no me hacían ningún daño y me ayudaban (en lo cual estaba equivocado, a futuro me harían daño tanto físico, porque no solucionaría mi problema, y también psicológico).

A los 7 años empezó mi trauma, estaba en 3er grado de primaria, muchos se burlaban de mis “zapatos raros”, esto era absolutamente todos los días, muchas veces ni quería ir a clases de tanta vergüenza, si no hubiera sido porque tenía algunas buenas amistades, creo que habría dejado de ir. Todos las mañanas era una lucha con mi mamá, yo lloraba y pataleaba para que ya me dejara de poner esos zapatos, a lo que ella siempre respondía “¿Entonces prefieres caminar torcida y tener dolor?”, pero yo sabía que había otra manera de poder “corregir” mi problema. El traumatólogo siempre hablaba de la famosa plantilla que iba dentro del zapato. Acudimos a él para ver que se podía hacer, pero debido a la gran diferencia que yo tenía era casi imposible hacerlo con un zapato normal, la plantilla iba a ser el doble de alta de lo que un zapato normal es, y tampoco iba a ser chiste usarla, porque a ninguno le serviría y el pie quedaría prácticamente por fuera del zapato.

Fui creciendo usando los zapatos ortopédicos, fui deprimiéndome por no poder usar tantas zapatillas, sandalias y todas esas cosas bonitas que las niñas usan, que combinan perfecto con sus vestidos y accesorios, por no poder estar en una academia de baile o practicando mis deportes favoritos, y divertirme haciendo lo que me gustaba. Lo único que lograba consolarme (y muy poco) era que a esos zapatos se le podía colocar un pequeño dibujo de mi caricatura favorita. Cuando cumplí 10 años me faltaba poco para entrar a mi primer año de bachillerato, estaba emocionada porque el color de mi uniforme cambiaría…pero seguía el problema, mis “zapatos raros”. Ya necesitaba dejar de usarlos, sino mi trauma sería peor, y porque además ya estaba más grande. A medida que fui creciendo la diferencia de 13 cm había reducido a 11 cm, pero aun así la plantilla iba a ser el doble de alto de un zapato normal. Mi mamá decidió dejarme usar la plantilla, con una medida más corta de la que requería, obviamente porque aún tenía bastante diferencia en el tamaño de mis piernas.

Así tal cual no eran mis zapatos, pero sí muy parecidos. La diferencia era que la planta era de mayor altura debido a mi problema.

Fue difícil encontrar un zapato lo suficientemente alto para poder usarla, mi primer y parte del segundo de bachillerato use la plantilla con un zapato casi normal, porque el trabajo que le hicieron para poder ponérsela se notaba un poco, caminaba un poco torcida pero digamos que casi no se notaba porque mi uniforme era con falda hasta las rodillas, sin embargo, muchas personas me preguntaban “¿Por qué caminas así, te duele la pierna?” “Uy!, si caminas feo ¿eres chueca?”. No se imaginan el dolor que eso me causaba, ya tenía casi 12 años y todavía seguía el mismo problema de mi infancia.

No lo soporté más, le dije a mi mamá que necesitaba que me operaran, ya era demasiado difícil para mí tener que seguir viviendo con esas burlas constantes, me hacían daño, ya lo veía como el peor defecto del mundo. Fuimos al especialista y puso fecha para la cirugía, estaba muy nerviosa y a la vez emocionada, porque pronto todo iba a cambiar. No me iban a realizar la cirugía de acortamiento, dijeron que era muy riesgosa para la edad que ya en ese entonces tenía (12 años), iban a colocar una especie de ganchos de acero inoxidable en la rótula de mi pierna más larga (4 en total), para así, detener por un tiempo su crecimiento y que la otra pierna pudiese llegar a su nivel; debía tenerlos puestos por 5 años aproximadamente. Todo se veía posible, porque yo seguiría creciendo, estaba en pleno desarrollo. El 4 de abril del 2012 me operaron. La anestesia es mágica, pero una vez que se va, ya no lo es tanto. Durante la cirugía quise observar todo lo que me iban a hacer (sólo durmieron mi cuerpo de la cintura hacia abajo,) pero esto no me fue permitido, y creo que a nadie le es permitido, puesto que podría causar algún trauma psicológico. No veía, pero sí sentía un poco lo que me hacían, los martillazos eran tan fuertes que aún podía sentir la sensación del golpe en la rótula (donde colocaron los ganchos para retener el crecimiento), mi imaginación no paraba, sólo estaba en cómo podía verse tal cosa (a pesar de los nervios era imposible no pensar en aquello).

Esta es mi cicatriz, también tengo una igual del otro lado de mi rodilla.

La cirugía fue todo un éxito, debo decir que lo único desagradable fue la raquídea (el tipo de anestesia aplicada en la parte baja de la columna vertebral). Dos días después pude regresar a mi casa, el viaje de regreso fue de aproximadamente una hora, puesto que la cirugía fue realizada en un clínica ubicada en una ciudad vecina a mi localidad. Fue una hora que la sentí como miles, el efecto de la anestesia había pasado y ya el dolor empezaba a hacerse muy presente; para esto tomé muchos analgésicos que eran prácticamente en vano, el hueso había quedado muy maltratado, por lo tanto seguiría teniendo mucho dolor. Debía tener reposo de 2 a 3 meses aproximadamente, para luego poder volver a clases. No podía realizar ningún tipo de actividad física (que forzara demasiado mi pierna) hasta que retiraran el material puesto en la rótula, ya que este podría moverse de su lugar y era peligroso. Luego de pasar el tiempo de reposo y todo eso, el traumatólogo me sugirió que me inscribiera en natación, que iba a estar teniendo mucho dolor en la rodilla y ese deporte podía ayudar a calmarlo, no le tomé importancia y no me inscribí, pero luego de dos años (ya tenía 14 años) me animé a hacerlo. La verdad no sé como no lo hice antes, desde que entré a natación mi vida cambió, se volvió mi actividad favorita.

En ese tiempo conocí a una mujer, debo decir que muy bonita, en ese entonces tenía 24 años. La cosa con ella era que también tenía mi problema, pero ella aún seguía usando los zapatos ortopédicos, con una medida mucho más alta que la que yo tenía, era algo bastante exagerado. Era profesora, muy buena según comentaban y con una personalidad increíble, muy amable y humilde. Fue en ese momento que me di cuenta que nunca debí avergonzarme y mucho menos sentirme como me sentía, porque habían personas que estaban mucho peor que yo, y aún así eran muy felices, no les importó y tampoco fue impedimento para que siguieran adelante y lograran sus sueños.

Pasaron 4 años después de que me operaron, tenía 16 años para ese entonces, ya estaba en la universidad, tenía 7 meses en ella. Ya debía realizarme la próxima cirugía para retirar el material que me habían puesto. Esta de nuevo fue todo un éxito, todo salió muy bien, aunque no crecí lo suficiente para tener las piernas al mismo nivel, actualmente solo tengo 5 cm de diferencia.

Esta fotografía fue tomada en el cumpleaños número 8 de mi única hermana, y creo que no es nada difícil que puedan encontrarme en ella, mi dismetría aún se nota mucho, pero alcancé la suficiente madurez para dejarle de tomar tanta importancia, no me impide realizar nada, soy feliz y me amo siendo tal cual soy; la verdad no cambiaría nada en mí.

Hay muchas personas que quisieran tener sus piernas, así sea una más corta que otra o solo una de ellas, pero tenerlas para sentir esa libertad y esa sensación tan bonita como el simple hecho de poder caminar. Creo que los seres humanos a veces nos quejamos demasiado, cuando si nos ponemos a ver y pensar bien lo tenemos todo, todo lo que muchas personas quisieran tener en una mínima cantidad. Seamos felices y amemos nuestro cuerpo tal cual está, hagamos de eso que creemos “defecto” algo perfecto y único, que no nos afecte el qué dirán.

Este es uno de los temas personales del que no siempre me gusta hablar, hasta hace muy poco me avergonzaba mucho hacerlo, pero la verdad vi muy necesario contarles cómo fue para mí vivir y superar esto, para así de algún modo poder ayudar a personas con este o cualquier otro problema. Sé que ha sido bastante extensa, pero es algo escrito desde lo más profundo de mis sentimientos. Es eso que me hace sentir satisfacción de haber podido dejar atrás y permitirme ser felíz a pesar de las adversidades. Espero les haya gustado mucho.

Las primeras imágenes, tanto la que refleja la dismetría como la de los zapatos ortopédicos, han sido tomadas de la web. La fotografía del cumpleaños fue tomada con una cámara Canon Powershot Elph 180 plateada, y finalmente la fotografía de mi cicatriz fue con mi teléfono Motorola Moto E XT1021.

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Mis 2 hermanas tenían una dificultad similar que corrigieron con cirugía en sus primeros años de edad, en la actualidad estudio medicina y me preocupa mucho los niños que actualmente nacen con estas dificultades ya que todo esta muy costoso y esas intervenciones se ven incansables al bolsillo de cualquier venezolano, dios mediante la salud de nuestras nuevas generaciones, y que se puedan formar fundaciones que apoyen a esos caso que cuenten con los recursos para mejorar esas vidas y evitar que esos niños sean vistos de mala manera o victimas de burlas en su entornos.
Saludos amiga, gracias por compartir tu experiencia con nosotros, me alegra mucho que hayas podido salir adelante.

Qué bueno que pudieran corregirlo en su infancia; si hubiese corrido con la misma suerte de ellas, mi situación hoy día sería muy diferente.

Es triste, pero ninguna de las personas que sufrimos este problema decide nacer así, y como bien dije que también se puede obtener dismetría tras algún trastorno que requiera del acortamiento del hueso; esto fue el caso de una de mis abuelas. Es difícil y muy triste ver personas con este problema, más que nadie entiendo a la perfección tu preocupación en lo que comentas.

Para mi primera intervención quirúrgica, ya el país se encontraba en crisis, pero afortunadamente conté con el apoyo por parte de médico ortopédico, quien de muy buen corazón se ofreció a realizar dicha operación sin costo alguno (solo debíamos pagar el material que pondrían en mi rótula). Actualmente ya esto sería cuestión de suerte, puesto que con la situación del país todos tenemos una gran necesidad económica; tanto que ya cualquiera no hace la mínima cosa sin recibir algo a cambio. Y es lamentablemente con tantas personas que necesitan ayuda en estos casos.

Respecto a lo que dices sobre convertirnos en victimas de burla, pues debo decir que es una de las cosas más difíciles; creo que ni el dolor físico por dicho problema es tan fuerte como el dolor que nos causan estas burlas, que en la niñez provienen de casi siempre "niños ignorantes", pero nunca dejan de hacernos daño. Muchas gracias por leer mi historia y comentar. Saludos y abrazos para ti :)

Gracias a ti por compartir tan bonita historia con todos nosotros de verdad que cuando conocemos la vida de los demás, sus problemas es que apenas aprendemos a valorar la nuestra. Ya te seguí para estar atenta a tus post, saludos amiga @mariateresa, sigamos adelante para levantar nuestra linda Venezuela.

Sí, exactamente, estoy totalmente de acuerdo contigo. Incluso a veces no tenemos ni el mínimo porcentaje de ese problema y ya creemos que no podemos salir adelante; cuando hay otras personas en cama que luchan día a día para sobrevivir.

Claro que sí. saldremos adelante!
Saludos para ti también, recibe un gran abrazo de mi parte :) @sartigas16

Hola, tengo un primo con ese mismo problema

Hola! ¿Cómo lo está tratando, se ha hecho alguna intervención quirúrgica o usado zapatos ortopédicos?

que tal te ha ido con la rehabilitación física?
Tomas suplementos de vitaminas tipo B?

La verdad muy bien, puedo practicar cualquier deporte tranquilamente (siempre y cuando no haya ningún mal movimiento que afecte mi rótula). Respecto a los suplementos, sí los tomé por un tiempo, pero debido a la situación del país se me hace un poco difícil seguirlos comprando.

Muy inspirador. Te felicito por tu fuerza de voluntad y por lograr superar obstáculos. Eres ejemplo a seguir. Sigue adelante

¡Muchas gracias! Qué hermosas palabras. Recibe un gran abrazo de mi parte :)

Buen post! Exelente informacion!

si fue larga pero no me arrepiento de leerla gran historia,tambien fui victima de burlas de niña, un abrazo grande , te sigo

¡Muchas gracias! Un abrazo para ti también :)

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