VENEZUELA PEREGRINA

¿Quién nos iba a decir que llegaría el día de dejarlo todo? Jamás imaginamos, mientras tomábamos una cervecita en las doradas costas de Cata, viendo ese azul turqueza en el horizonte que algún día añoraríamos volver allí, dese tán lejos. Dicen que en la vida no se puede dejar nada por sentado, que todo pasa y que nuestra realidad puede cambiar de modo insospechado. Lo habíamos oído...pero...Nosotros...¿Nosotros?...no, que va...esta es nuestra partia grande y segura para siempre...

Vimos nubes de tormenta. Pensamos que era lluvia distante. Estábamos confiados. Jamás aquí, jamás a nosotros.

Hoy, Cata es un paraíso distante y añorado, como lo es Choroní, las costas de Anzoátegui, Sucre, Falcón, como lo son los valles y hasta nuestra ciudad, nuestra casa, los abrazos que antes eran cotidianos. Bueno, es lo que hay. Y lo que hay no implica que olvidemos, no implica que nuestro sentido de pertenencia ya no exista, no implica el olvido.

El estar lejos nos puede hacer más dignos, más venezolanos que nunca. Estamos aprendiendo...mucho. Cada día. Nos reposicionamos respecto a nuestra procedencia y orígenes y estamos orgullosos. Porque desde lejos, se aprecia mucho más lo que dejamos. Tal vez nos estemos preparando, sin ser plenamente conscientes de ello, para brindarle a nuestra madre patria lo mejor de ésta experiencia de lejanía. Tal vez a nuestro regreso, seremos mucho más cuidadosos de su naturaleza, del civismo que ahora valoramos, seremos custodios fieles del cuidado y defensa de éste lugar que hoy añoramos.

Ahora somos embajadores. No caigamos en la auto compasión, tenemos una misión clara y firme de dejar el nombre de nuestro país allí donde estemos. Tenemos un compromiso con la familia que quedó y con el futuro regreso. Debemos prepararnos día a día para ser mejores e ir metiendo desde ya, en la maleta imaginaria del regreso, algunos elementos que son indispensables, a saber:

Disposición al sacrificio, a la entrega, responsabilidad, patriotismo, gratitud, solidaridad, experticias laborales, experiencia de crecimiento profesional, humano, espiritual...por mencionar tán sólo algunas.

Así que aunque hoy las olas rompan como siempre en nuestra playa preferida...Animo arriba! hay mucho por hacer.

"Todo pasa y todo queda", dice la canción.