Muy buen post, me encanta la forma en la que has destacado el gran poder que tiene el cine y lo que en él se muestra sobre la sociedad, siempre he considerado que, junto a la TV, es uno de los mayores formadores, para bien o para mal.

En mi país, Venezuela, las minorías también suelen presentarse en el cine prácticamente como arquetipos o siempre estereotipadas, por supuesto, bajo la misma lente que se usa, por ejemplo, en los Estados Unidos.

¿A qué me refiero con esto? Simple, los extranjeros siempre tienen un oficio cliché: los portugueses tienen una panadería, los italianos un restaurante, los chinos tienen un mercadito, los árabes (aquí todos son árabes) tienen un negocio de venta de telas o muebles, y los otros latinos suelen formar parte de la economía informal (denominados, casi siempre, según su gentilicio, el peruano, el colombiano, el cubano...).

Esa sería la clasificación de las minorías según su nacionalidad, pero luego vemos como también se muestran según su raza y es bastante curioso que en la mayoría de las películas venezolanas la minoría es realmente representada por los blancos pudientes. Obviamente, la mayoría está compuesta por los morenos o negros que viven, por supuesto, en una barriada, muy cercanos a todo el tema delictivo, pues, como ya han comentado, a los productores aquí les encanta exaltar la violencia en la gran pantalla.

Eso es algo que, a mi parecer, resulta bastante contraproducente para el venezolano por dos razones: Primero, hay una clara subordinación a la cultura norteamericana en cuanto a cómo se muestran las minorías (esto es algo que no sucede únicamente en Venezuela, claro está). Y segundo, ¿qué imagen damos ante el mundo con nuestras películas? Que la clara mayoría de venezolanos convive en un ambiente de violencia, algo que no es así,se podría decir que aquí estamos extremadamente mezclados.

Para quien se hace una idea del venezolano común con base en las películas venezolanas sucederá como con el ejemplo que has dado de Almodóvar, el espectador va ver una realidad que existe, pero que no es la mayor representación de nuestra sociedad, como la quieren hacer ver.

Por suerte, el cine venezolano se ha diversificado bastante y ya podemos disfrutar de producciones en las que no se oculta que en nuestro país exista la delincuencia y la violencia (sería imposible e, incluso, un insulto), pero este no es el tema central, es solo parte del ecosistema de la película, por así decirlo.

Bueno, me extendí un poco con este comentario jajaj otra vez, buenísima publicación, gracias por compartir.