Ya hace unos cuantos días que no redactaba este tipo de cartas, incluso ya había empezado a extrañarlas. Por motivos ajenos a mí, he estado un poco ausente, pero siempre intento sacar un tiempo para este tipo de cosas. Espero sea de su agrado.

La ansiedad, ese deseo insaciable e incontrolable de querer saber qué sucederá en el futuro. ¿Cómo evito pensar en lo que pudiera ocurrir entre nosotros? Si siento que todo cae a mi alrededor, que se quema mi piel cuando apenas y se rozan nuestras manos, que se me acaba el tiempo, que debo partir, y qué aun no defino lo que siento. O, mejor dicho, aun no logro definir lo que sientes, porque a pesar de que algunas cosas son obvias y que varias preguntas están de más, siempre vamos a querer escuchar “la verdad” proviniendo de otras personas, y no de nuestra conciencia.

Si, ya sé, conoces parte de mis defectos, te has esforzado muchísimo por descubrirlos, pero creo que no has visto éste que me desespera constantemente, que siempre está ahí. Y a pesar de ver aquel interés para encontrar más de ellos sólo para entenderme y conocer más de mí, temo que éste será el más complicado, sobre todo para comprenderlo.

Debido a mis errores pasados, a mis vivencias y dolores, pienso mucho en no cagar este momento, que sin duda alguna es la parte más bonita de todo, conocerse ¿no? Pero, te aseguro que tu no pagarás por lo que fue mi vida en ningún momento.