72.- MARGARITA Y EL MAESTRO... (XXXIX)

La fotografía es de mi autoría. En una playa de Bolonia (Cádiz), el siglo pasado, en pelotas "picá" con 5 amigos y soplaba el levante... :)

Domingo, 12.

Esta mañana me despertó Milton ladrando a las siete, más o menos la hora de todos los días y volví a dormir hasta las diez y media, lo cual me sorprendió y es que me gusta estar como máximo hasta las diez, siempre y cuando eso incluya ocho horas de sueño.

Acabo de ponerme a escribir sin haber hecho más que desayunar, bajar a Milton y hablar con mi hermana y mi madre porque han coincidido en llamarme, creo que es porque saben que estoy sola, con Milton y Pakito y las plantas, porque si no limitamos nuestras conversaciones a unos cinco minutos, de lunes a viernes, por las mañanas y ahora es la una y media. Tampoco nos extendemos mucho cuando no nos llamamos desde los trabajos porque los móviles salen caros y ni mi hermana ni yo tenemos teléfono fijo, en su caso porque en el campo creo que es más difícil instalarlo, lo mismo más que difícil sea caro.

A las once y media Robe no ha contestado a mi llamada. Ya no tengo saldo porque lo gasté con Beatriz y primero ella el suyo.

Anoche terminé contando a quiénes escribía desde Barcelona.

Cuando volví a Málaga en el noventa y cuatro ya sí que hacía copias de mis cartas. Seguía escribiéndome con algunos de los que ya he comentado.

En el noventa y siete me fui, como ya he repetido, por segunda vez a Londres y duré dos meses y medio, el verano. Esta vez conocí a Fausto y compañía que aparecen también en las “Las cartas de Mar-Garita” que dentro de poco espero seguir copiando ya que ese relato cuenta aquella etapa de mi vida.

Desde que regresé no me he movido de esta ciudad, es decir no he vuelto a vivir en ninguna otra, solo me he desplazado por Málaga: el Rincón de la Victoria, el valle del Guadalhorce -entre Alhaurín el Grande y Cártama-, Mijas, La Cala...

La comunicación, menos extensa e intensa, se sigue manteniendo con Fausto, vía e-mail.

Sigo copiando “Las cartas de Mar-Garita” hasta que me entre hambre.

Fátima ha solicitado dos clases más, me avisan por mensaje de móvil.