Recuerdo ese día como uno de los momentos más felices que me ha tocado vivir. Y, deseo compartir la anécdota para que imaginen el instante en que capturé la foto.

Estábamos en el parque y el niño quería jugar en el balancín pero no había otros niños para acompañarlo. Así que la abuela lo colocó en un asiento y ella se sentó en el otro. Los pesos eran muy diferentes, obvio, y la balanza quedó del lado de la abuela con el niño suspendido en el otro lado.

El niño no estaba conforme. Él no tenía suficiente peso para inclinar el balancín y subir a su abuela. Así que pidió ayuda a su mamá.

La abuela cedió el asiento a su hija pero aunque ella, con algo de pericia, trató que su hijo colocara las zapatillas deportivas en la tierra nunca pudo lograrlo.

Luego llegó la brillante idea de colocarse madre e hijo en un lado y la abuela en el otro. Tres generaciones en un balancín. Todos reíamos y más aún el niño que pudo jugar en el parque con su nona y su mamá.

Cuando encontré esta fotografía recordé perfectamente ese momento y no les puedo negar que sintiera gran felicidad; aunque, les confieso, que también sentí mucha nostalgia de la nona (consentidora y amorosa) que ya partió.

¿Las fotografías de tus álbumes te recuerdan momentos felices? Espero que sí.

Bienvenidos sean los comentarios.

Saludos infinitos y hasta una próxima publicación.

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