El populismo bajo la lupa

Durante la última década, las agencias de noticias de américa latina pusieron el foco sobre este término para referirse a una característica de los gobiernos de latinoamérica de ese entonces. En la radio, los peiródicos, y la televisión pudimos escuchar y leer las opiniones de personas supuestamente formadas en relación a este fenómeno político. La mayor parte de los medios de comunicación usa este término de forma peyorativa, aludiendo que innatamente existiría en los populismos una degeneración en la forma de hacer política y por qué no de los pueblos, o la parte de ellos, que utilizan sus votos para legitimar a los populistas. Pero ¿Qué es el populismo? ¿Cuáles son sus características? ¿Cuál es su singularidad? Trataré de responder resumidamente a estas preguntas. 

 Creo que lo primero que hay que hacer a la hora de pensar y reflexionar sobre un tema es que debemos en virtud de la objetividad analítica, despojarnos de nuestros prejuicios para tratar de comprender aquello que nos proponemos visualizar de una manera más clara. Esto no implica despojarse de nuestros valores ni de quiénes somos, pero sí dejar de lado nuestros pensamientos reactivos, aquellos que se basan en sentimientos, ya sean de comodidad o rechazo, información poco confiable, y especialmente de los argumentos falaces que tanto circulan por los medios de comunicación. Por ejemplo, Gloria Álvarez dice en una de sus tantas intervenciones que: “El populismo se encarga de desmantelar instituciones. Poco a poco, los líderes corruptos de nuestra región amalgaman poder desmantelando instituciones, re-escribiendo constituciones, cambiando códigos y leyes, y sobre todo restringiendo libertades individuales y de comercio de sus pobladores. Vimos como el populismo no ha llegado ahí por pura casualidad. Realmente esporque nuestras democracias han sido poco republicanas. No hemos logrado establecer igualdad ante la ley ni justicia para todos”.  Luego prosigue diciendo que los populistas identifican enemigos internos y externos para identificarlos con el Anti-pueblo (grupos que pueden ser categorizados como oligarcas, empresarios, yanquis, etc.) y de esa manera sembrar odio en la sociedad. Con la dicotomía lograría su hegemonía política, es decir, mantenerse en el poder de manera más o menos estable y más o menos pacífica. Vamos a detenernos aquí y decir que, si bien lo anterior puede ser cierto, y en muchos casos lo fue, esto no constituye un carácter propio del populismo, es decir que no es una característica exclusiva del populismo. Por ejemplo, en EEUU, país que es considerado la mayor democracia presidencialista del mundo, el gasto público se ha incrementado sin parar desde los años 70, sus gobernantes han designado múltiples enemigos internos y externos, comunistas, terristas internacionales y domésticos, Rusia, Saddam Hussein, Bashar al-Ásad, Gadafi, los inmigrantes, los empresarios inescrupulosos de wall street (bad apples), etc. También han desmantelado códigos y leyes, como la convertibilidad del dólar, el derecho a un juicio justo, a la detención con una acusación, y otros procedimientos que deben ser autorizados por un juez, según la tradición democrática. Entonces ¿son populistas los presidentes de EEUU? Claro que no. 

 El populismo se caracteriza por la promesa de restaurar las demandas democráticas que no han sido cumplidas por el sistema, y se presenta entonces como el restaurador de los derechos de aquellos que han sido vulnerados por la mala política aplicada a un país. Es la consecuencia de un sistema democrático que no ha sido capaz de garantizar los derechos de una amplia porción de la población, que vive en condiciones de pauperización. No tiene que ver con la destrucción de instituciones republicanas, si bien esto puede pasar y ha pasado. Las instituciones republicanas han retrocedido en países como Estados Unidos, incluso en algunos de Europa, por medio de los poderes especiales que delegaron y delegan las asambleas y parlamentos nacionales en favor de los poderes ejecutivos, y la violación de derechos civiles básicos. Lo que diferencia al populismo de otras corrientes de gobierno, como puede ser el neoliberalismo, es su base de apoyo político, los medios de legitimización del uso del poder político legal. El populismo se apoya fuertemente en los trabajadores pauperizados, en las clases medias empobrecidas, y en grupos empresarios locales y algunos internacionales, mientras que el neoliberalismo busca su base de apoyo en el poder financiero internacional, facciones del empresariado local ligado a éste último y las clases medias y altas  acomodadas. Cada uno tiene su retórica y su discurso, pero lo que los diferencia, además de sus políticas, es la base de apoyo de la legitimidad del ejercicio del poder. As{i, por ejemplo, podemos entender por qué Trump es considerado un populista, ya que se apoya en la “american working class” que ha sufrido un retroceso enorme desde lo años 90 en sus condiciones de vida. Por eso desmantela acuerdos internacionales ligados al comercio internacional, al cuidado del ambiente, exige a empresas norteamericanas que radiquen plantas productivas en el país con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de su base electoral. También intento prohibir de manera ilegal, la inmigración de un grupo de nacionalidades, pero en EEUU el poder judicial funciona bastante mejor que en latinoamerica, y no se lo permitieron.   

 Entonces, el populismo es una forma de organización de la legitimidad del poder político obtenido mediante elecciones limpias, que se basa en la restitución (o su promesa) de los derechos y las condiciones de vida de esa base electoral. Busca alaianzas políticas con sectores locales del empresariado. Lo que refiere a la acumulación de poder, la cooptación de los poderes judiciales y legislativos, no es un patrimonio exclusivo del populismo, sino más bien un componente de todo ejercicio político. De ahí la experiencia y la sagacidad de los fundadores del gobierno presidencialista de EEUU cuando diseñaron un sistema de gobierno que pretendía lograr que los pdoeres se mantuvieran a raya unos a otros, y que pudieran hacer cada uno lo que su misión institucional les indica, pero ese es otro tema. 

 Espero que les haya gustado este resumido y simplificado posteo sobre el populismo.   Saludos!